Denuncian el obispo Enrique Sánchez Martínez y el padre Julio López, director del albergue, deportaciones sin ninguna medida de protección
Por MARTHA MARTÍNEZ
La Casa del Migrante Nazareth en Nuevo Laredo cerró sus puertas a nuevos ingresos desde el lunes. Es la primera vez en 16 años que dejarán de recibir a personas deportadas y repatriados por Estados Unidos.
Durante las últimas semanas el obispo Enrique Sánchez Martínez, titular de la Diócesis y el padre Julio López, director del albergue, han denunciado las deportaciones de ciudadanos de diversos países considerándolas como arbitrarias, pues algunas se realizan durante la madrugada sin las medidas de protección necesarias, principal-mente el alto riesgo de contagio por el COVID-19.
COMUNICADO
Mediante un comunicado, la Casa del Migrante Nazareth hizo del conocimiento a la Diócesis, autoridades de gobierno e instituciones y población en general, que las deportaciones no cesan a pesar del riesgo de que puedan propagar el virus o convertirse en un riesgo para los mismos de-portados que se ven expuestos a medidas sanitarias precarias, incluso en el país que los expulsa.
Ante el cierre de la Casa del Migrante, los deportados serán enviados a otros albergues como el refugio temporal municipal, que a pesar de contar con recursos gubernamentales no reúne las condiciones favorables.Al igual que el Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, que incluso ha debido cerrar el comedor comunitario por la contingencia.
También se utilizarán otros espacios como Casa Amar y Barrios para Cristo.Hasta el 13 de abril, Nazareth atendió a 25 personas que salieron a sus lugares de origen, tiene 58 huéspedes, entre ellos 15 menores de edad, nueve mujeres y 34 hombres de diversas nacionalidades.
Fuente: EL Mañana de Laredo
