AMLO TIENE RAZÓN
Carlos Ramírez.
Aunque no debe extrañar
porque se trata de juegos
de poder que siempre
existieron al interior del PRI y
por las mismas circunstancias de
sucesión presidencial, los forcejeos
entre el presidente López Obrador
y los opositores empresariales a
su proyecto están haciendo crujir
las amarras del galeote de remos
del vigente viejo sistema/régimen/
Estado que la 4T no ha podido
siquiera amotinar.
En realidad, no es la primera ocasión en que se viven esas circunstancias. En 1973 el presidente Echeverría
dio un giro estratégico a su política
económica, decidió la expansión del
Estado, se cobijó en la izquierda y
los empresarios rompieron con él y
decretaron una atonía de inversiones
que desplomó la inversión privada
e impulsó la inversión pública vía
circulante y déficit presupuestal. La
devaluación de agosto de 1976 fue,
cierto, por el déficit presupuestal
de 9%, pero mucho por la fuga de
capitales.
Hoy vemos un remake de esa película. Y se presentan en los jaloneos
Estado-empresarios cuando menos
siete disputas reales:
1.- Por el proyecto de nación.
López Obrador ha traído de regreso
al Estado y los empresarios y aliados
quieren seguir en la lógica del mercado.
2.- Entre dos bloques de poder
que reflejan las clases productivas en
lucha: el Estado y sus grupos no-propietarios de medios de producción y
los empresarios.
3.- La lucha entre populismo de
Estado contra neoliberalismo de
mercado. Aquí los trabajadores y
las clases explotadas no participan
porque el populismo es el modelo
de una élite gobernante y sus beneficiarios directos. Es lo que Marx
definió como lumpenproletariado.
4.- El realineamiento alrededor
de la Coparmex como sindicato
patronal o bloque de poder dirigido por la clase empresarial anti
Estado de las fuerzas anti AMLO
que vienen desde 1988, incluyendo perredistas, panistas y medios
sistémicos. Es un bloque antipopulista y contrario por definición a la
economía de Estado.
5.- La disputa por la hegemonía
del Estado y de su sistema de toma
de decisiones. El Estado populista
priísta fue dispersando su fuerza
dominante y pasó de un liderazgo
único a uno hegemónico entre
muchas fuerzas. Hoy el bloque
neoliberal, que copó al Estado
durante seis sexenios, no quiere
perder el dominio de las decisiones
del Estado. López Obrador regre
só la hegemonía del gobierno a un
Estado unitario y unipersonal.
6.- La lucha por la dirección política del Estado. Los ciclos populista
y neoliberal tuvieron a su grupo
dominante en la dirección del sistema/régimen/Estado. López Obrador
regresó a la presidencia unipersonal
para evitar inclusive que sus aliados
puedan representar a otros grupos.
7.- Y la disputa adelantada –como siempre ocurrió en el pasado
priísta– por el reacomodo de grupos
y dirigentes con miras a la sucesión
presidencial de 2024. La lucha por la
sucesión presidencial entre funcionarios, partidos y sectores de poder
empresarial comienza a las 2 de la
tarde del día de la toma de posesión
del presidente en turno.
La configuración de dos bloques
fuertes de poder –el del presidente
de la república y el de los empresarios disidentes– puede llevar a un
acuerdo –opción lejana– o puede
provocar una ruptura que limite a la
4T y deje al país sin inversión privada
productiva. La crisis de 1973-1976
la perdió Echeverría por la baja
capacidad presupuestal del Estado
como inversionista. Si López Obrador se estaciona sólo en la inversión
asistencialista, la recesión sexenal le
irá reduciendo el control político de
la sucesión 2024.
Banco Accendo. La crisis en el
interior del Banco Accendo podría
sacar de su escondite al secretario de
Hacienda, Arturo Herrera, porque un
juez prohibió asambleas de accionistas por irregularidades, pero los que
controlan el banco convocaron a una
asamblea (que será ilegal) para hoy
jueves 30 e imponer su asociación
con el Grupo Toka. El grupo de Javier
Reyes podría dar el albazo, aunque
la Comisión Bancaria tendría que
intervenir. Es la hora en que Hacienda mira hacia otro lado, no se sabe si
por un secretario agobiado por otros
temas o por alianzas perversas. La
parte legal de Moisés Cosío tiene la
ley de su parte, pero en la pandemia cada uno hace lo que quiere sin
acatar las leyes.
Política para dummies: La política
en un juego de tensión dinámica
y siempre entre dos polos que se
repelen.