Análisis

AMLO DESCOMPUESTO.

Meliton García de la Rosa.

En plena fase 3 de la pandemia de Covid-19, mientras se fragua la peor crisis económica de la historia del país y el mundo y la mayor parte de los mexicanos estamos resguardados por temor a contagiarnos, contagiar y morir por el Coronavirus, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador se muestra más preocupado de lo que dicen de él los medios, reclama, fustiga y criminaliza a quienes le cuestionan y lanza loas a los que le defienden con su pluma.
Así es mis queridos boes, el presidente López Obrador se mostró ayer desesperado, molesto como no se le había visto contra los medios de comunicación a los que calificó de anti éticos y vendidos al poder económico.
Agarró parejo, El Universal, Reforma, Milenio, Excélsior, Televisa y TV Azteca y hasta particularizó contra Pascal Beltran del Río, Ciro Gómez Leyva y Carlos Marín.
¿Es en verdad AMLO víctima de la prensa como se presentó ayer?, ¿trata de facturarle a los medios su baja en la popularidad?, ¿busca esconder en la culpa a los medios sus pobres resultados como presidente de la República?
Habrá, desde luego, diversas opiniones, pero lo que al Peje se le ha cuestionado, y no por todos esos medios contra los que ayer arremetió, que prometió terminar con la inseguridad apenas llegara al poder, lejos de cumplir la violencia sigue en asenso a casi 17 meses de su gobierno.
Los periódicos y menos los periodistas son culpables de que los narcos hoy maten más gente y hasta se burlen de su gobierno, mientras él deja libres a los que agarra, saluda a la mamá de El Chapo y come con su pandilla en la sierra de Sinaloa.
No, no son los periodistas culpables de que en el primer año del gobierno de AMLO se perdieran miles de empleos, cayera la inversión y el PIB retrocediera, cuando el prometió en campaña que crecería hasta en 4 por ciento.
Tampoco son culpables los periodistas de que los precios del petróleo se hayan desplomado a su nivel más bajo de toda la historia y que
él no haya cumplido en 17 meses su promesa de bajar las gasolinas, decía que a 7 pesos el litro, ni siquiera ahora que la materia prima está a precio de regalo.
La prensa no tiene la culpa de que AMLO haya invitado a su gabinete a impresentables como Manuel Barttlet, a gente que miente como Rocío Nahle que truqueo un video asegurando que en la OPEP había sido ovacionada, o que su esposa la doctora Beatriz Gutiérrez Muller un día haya dicho Mamado Nervo o que el sol gira alrededor de la tierra y cada que sale a Twitter se esté peleado con los ‘adversarios’
No y no y no, los periodistas no son culpables de la quiebra de Pemex, del desmantelamiento del Seguro Popular y la creación del INSABI que no ha podido cuajar, ni de la escasea de medicamentos, ni de las protestas de familiares de pacientes con cancer, tampoco de que Donald Trump lo trate como su empleado o que de pronto sus hijos que cuando él ganó decían que no trabajaban y no sabían a qué se iban a dedicar y hoy sean prósperos empresarios.
Aún con todo eso, AMLO tiene derecho a criticar en lo individual, en lo personal a la prensa que no
le aplaude, pero con la investidura de Presidente la situación cambia, porque entonces se gana el título de intolerante y represor.
“No hay un periodismo profesional, independiente, no digo que objetivo, porque eso es difícil, la objetividad, es muy relativa pero ética. Son muy lejos de eso. Es parte de la decadencia que se produjo y lo mismo en la radio y la televisión. No generalizó pero no supieron entender la nueva realidad. Le siguieron con lo mismo, desesperados, optaron muchos por la mentira”, aseguró ayer.
“¿por qué no era así con el gobierno anterior? ¿Con Calderón? ¿Con Fox? ¿Con Zedillo? ¿Con Salinas?”
El presidente tiene memoria selectiva, se le olvida que si llegó al poder en algo ayudó esa prenda que hoy fustiga, misma que en inimitables ocasiones cuestionó a los expresidentes como ahora a él.
¿O el tema de la Casa Blanca con EPN lo reveló el propio ex presente?, ¿o la farsa de la verdad histórica de los 43 de Ayotzinapa la confesó el ex procurador?, ¿o la doble personalidad de Raúl Salinas la dio a conocer su hermano Carlos desde Los Pinos?, ¿o él toalla gafe de Fox y las triquiñuelas de los hijos de Martha Sahagún se las confesaron a un cura que luego los delató?, ¿o a poco no desde el primer día de la muerte de los niños en la guardería ABC se dijo que había un familiar de la ex primera dama entre los dueños?
En fin, botones de muestra hay muchos, pero es evidente que López Obrador reclama aplausos, exige porras y no tolera la crítica aunque sus acciones las inspiran.
AMLO está fracasando en su proyecto de transformar a México no por culpa de la prensa, sino por la torpeza de sus decisiones… como bien le dijo Anaya, el problema no es tu edad, es que no entiendes al mundo.

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