Análisis

Acontecer político | Por la forma de agarrar el taco…

Raúl Pazos Dávila.

Dicen que por la forma de agarrar el taco se conoce al que es tragón. Ese podría ser el caso del gobernador de Jalisco, ENRIQUE ALFARO, que se ha convertido en uno de los mandatarios estatales más críticos contra la administración de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y a quien algunos locutores, como PEDRO FERRIZ DE CON, ya empiezan a candidatear para presidente de la república.

ALFARO llegó al cargo bajo el membrete de Movimiento Ciudadano, en lo que fue una clara compra de franquicia, pues no era militante de ese partido fundado por DANTE DELGADO RANNAURO, de triste memoria entre los veracruzanos a los que gobernó y saqueó antes de ir a la cárcel por malversación de fondos públicos.

Resulta muy lamentable que haya personajes que viven en y de la política, que usen la emergencia nacional por el coronavirus para tratar de construir proyectos políticos con desdén de la desesperación de millones de mexicanos, que solo tratan de proteger su salud y la de sus familias.

ALFARO ha sido acusado de gastar millonadas en dizque pruebas rápidas para detectar el mortal virus que fueron descalificadas por expertos epidemiólogos. Dinero echado a la basura.

Pero lo que menos le importa al jalisciense es la salud pública. Su interés es erigirse en una especie de salvador de la Nación, montándose en una pandemia que debería concentrar su atención para salvaguardar el bienestar de sus gobernados y de la sociedad en general.

Y para ello usa el único recurso, porque no tiene otro, que es el de atacar al Gobierno federal y tomando medidas unilaterales que rompen con el esquema nacional de contención a la enfermedad.

Así hay muchos políticos que ven en la pandemia y las víctimas que ella produce, un cimiento para sus aspiraciones personales. Para ellos, cada muerte representa una moneda que aumenta el capital de sus particulares pretensiones. Algo más deleznable no puede haber.

Ese es el precio de tener una clase política convenenciera, egoísta, arrogante y trapecista a la que solo le interesa medrar con los puestos públicos en beneficio propio y de sus contlapaches, misma que hemos padecido durante décadas casi siempre de manera sumisa.

Los mexicanos ya no somos los borregos a los que cualquier lobo vestido de pastor conducía hasta su madriguera para devorarlos impunemente, aunque, lamentablemente, todavía hay quienes defienden a la bestia.

Recordemos a TOMÁS YARRINGTON, aquel gobernador de Tamaulipas, que enfermo de soberbia y de poder, poco antes de terminar su mandato mandó circular la proclama de “Bueno para Tamaulipas, Bueno para México”, en una ilusoria pretensión de ser candidato a la presidencia de la república. La realidad lo puso con el tiempo en su lugar: una celda de la cual no sabe cuándo saldrá. Así podrían acabar muchos nuevos proyectos con bases endebles.

Pero la vida transcurre en una diversidad de acciones, opiniones y actitudes. Hoy, lo importante es que los mexicanos, como sociedad, hagamos frente a la pandemia cuyos efectos mortales dependen de nosotros. Que los políticos sigan destrozándose entre sí, pero que la seguridad familiar sea el máximo valor en cada hogar. Sin la salud, todo lo demás es nada. ¿Cuesta tanto trabajo entenderlo?

En el sur de Tamaulipas, principalmente en Tampico, surgieron nuevos casos de afectación, lo que demuestra que la ola de contagio está lejos de superarse y que tal vez la etapa de resguardo podría prolongarse hasta principios de junio, por lo que el cierre de restaurantes, tiendas departamentales y centros de espectáculos se mantendrá por muchas semanas más con las consiguientes pérdidas económicas para los propietarios y sus empleados.

Por cierto, una de las primeras medidas que fueron determinantes para evitar la propagación del Covid-19 en el sur de Tamaulipas fue el cierre de la playa de Miramar decretado por el alcalde de Ciudad Madero, ADRIÁN OSEGUERA KERNION. De no haber ocurrido eso, la concentración de miles de visitantes en el máximo paseo regional, principalmente en Semana Santa, habría desencadenado una ola de expansión de la enfermedad.

Adicionalmente, el jefe edilicio maderense ha dispuesto un amplio programa de sanitización en las diversas colonias del municipio, exhortando a sus habitantes a observar las medidas de prevención recomendadas por las autoridades de Salud. ADRIÁN está haciendo lo suyo, no cabe duda, y la población lo reconoce.

Por su parte la alcaldesa de Altamira, ALMA LAURA AMPARÁN, difunde profusamente mensajes a la ciudadanía para que, igualmente, se protejan en sus casas y eviten ser víctimas del mal. La señora está en comunicación constante con las autoridades sanitarias para conocer de cerca el avance de la pandemia y el grado de afectación que existe en su municipio. “Pronto volveremos a abrazarnos todos”, dice la jefa del Gobierno municipal.

Séame permitido enviar desde este espacio un mensaje de aliento y apoyo a médicos, enfermeras y todo el personal del sector Salud, por su heroico trabajo en favor de sus semejantes. Ellos son el ejército anónimo que día y noche labora tratando de protegernos contra una amenaza inesperada, aun a costa de su propia seguridad y abandonando sus hogares en horas de servicio. Todos, sin excepción, debemos reconocerles su apostólica entrega.

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