Acontecer político | El balón, en la otra cancha
El presidente ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, presentó el domingo su plan para enfrentar la crisis económica derivada de la pandemia del Covid 19, planteando que, ante todo, lo primero es apoyar a las clases más necesitadas y anunciando medidas para crear empleos, aumentar la inversión pública de la mano con el sector privado, no contratar deuda con fondos internacionales y expresando que la fortaleza de los mexicanos es más grande que sus debilidades. Y, como era de esperarse, sus opositores de inmediato desaprobaron su mensaje, confirmando que la descalificación es la única carta que tienen a la mano.
Acción Nacional, el Partido Revolucionario Institucional y el Partido de la Revolución Democrática aún no logran digerir que fueron desplazados de los primeros planos políticos a causa de su incompetencia que no logró dar los resultados que la ciudadanía esperaba cuando tuvieron sus respectivos espacios de poder. Por eso el voto mayoritario fue en su contra a nivel nacional.
En general, el empresariado se suma a la lucha contra la amenaza que se cierne sobre el país. No hay fuga de capitales y aunque los factores macroeconómicos van en descenso, eso es producto de la emergencia mundial que está haciendo temblar hasta a los Estados Unidos que presumía de ser una sociedad inmune a toda clase de calamidades.
FELIPE CALDERON continúa con sus twiters basados en falsedades y sin tomarse la molestia de verificar el fundamento real del material que reproduce. Eso le sigue valiendo críticas en las redes sociales.
Es inocultable que la política sigue siendo un elemento de discordia y confusión en momentos en que la solidaridad nacional es lo más urgente por sobre intereses de grupo o ideologías. Se trata nada menos que de la salud y del bienestar de los mexicanos.
Y estos valores deben estar por encima de las disidencias. Ya vendrá el tiempo en que los mexicanos tendremos que ir a las urnas y allí será donde se exprese de forma contundente la voluntad colectiva que emitirá un veredicto inapelable en el sentido que le parezca más correcto.
Pero independientemente de las cifras o proyecciones presidenciales, lo cierto es que un balón quedó en la cancha contraria. Todos los altos funcionarios, sean del nivel que fueren, deben renunciar a aumentos salariales, a sus aguinaldos y a los viáticos exagerados para que esos fondos sean encauzados a fortalecer los programas de apoyo social.
Y que también senadores, diputados federales y locales, prescindan de sus emolumentos cuando menos durante dos meses con el mismo propósito, pues bastante bien ganan por solo levantar el dedo y dormitar en las sesiones de las respectivas cámaras y ahora por estar cómodamente en sus casas esperando el cobro quincenal.
No se trata de defender al gobierno federal en curso que en su momento será juzgado de manera implacable. Se trata de que las élites políticas que siempre han vivido en un mundo muy distinto al del ciudadano común, entiendan, en el caso de los dizque representantes populares, que es hora de solidarizarse con sus electores que usualmente olvidan una vez que recibieron su constancia de mayoría.
Hay muchos empresarios cuyas fortunas se forjaron al amparo del manto protector de gobiernos anteriores en una simbiosis ventajosa, vergonzosa y ofensiva que no merecen ser rescatados en la forma en que se acostumbraba. Si tienen problemas, que pidan préstamos a la banca privada y paguen los intereses correspondientes como lo hacen los pequeños comerciantes y no trasladen sus problemas a los contribuyentes que para nada son corresponsables de su imprevisión e ineptitud.
No sabemos en que irá a parar todo este conflictivo entorno. Pero lo cierto es que el balón ahora está en la cancha de quienes todo lo tienen frente a los que carecen de lo necesario. ¿Sabrán manejarlo con destreza?
Pasando a otro tema, la Secretaría de Salud en Tamaulipas ha decretado la fase 3 de la pandemia en el estado, al registrarse, hasta ayer, 41 casos confirmados de transmisión local, principalmente en la zona conurbada de Tampico, Madero y Altamira y Matamoros y Reynosa y la línea ascendente de contagio podría dispararse en esta semana.
Ello, según la dependencia, obliga a acentuar las medidas de aislamiento y quienes no tengan una necesidad real de salir a la calle no lo hagan. Se dice que en el hospital de zona del IMSS en el sur de Tamaulipas se han prendido los focos rojos y en varios hospitales privados se están recibiendo pacientes del norte de Veracruz.
“Quédense en casa, quédense en casa”, es la premisa pues ya hay en las calles enfermos asintomáticos que son vehículo de contaminación sin que ellos o sus familiares lo sepan. Es entendible que haya quienes tienen que salir a ganarse el sustento diario, pero el virus no entiende de necesidades, por muy dramático que ello resulte. Este flagelo universal está trastornando la vida cotidiana de todos los mexicanos al igual que a la de los nacionales de otros países.
Lo peor está por venir. Hay que asimilar con prudencia y entereza la situación. Dicen que no hay mal que dure 100 años. Repleguémonos en nuestras actividades para que una vez pasada la emergencia volvamos a la vida diaria con mayor vigor para demostrar que el género humano es capaz de defender su supervicencia.raulpazos45@gmail.com