¿Proyectos ante la pandemia? No alcanza…
ROMÁN REVUELTAS RETES
El derrumbe de la economía mundial tendrá un impacto brutal en este país, querámoslo o no, lo hayamos previsto o no, lo pretendan negar nuestros gobernantes o no y estemos preparados para ello o no. Simplemente, el precio del petróleo que vendemos, rondando los 18 dólares por barril, está muy por debajo de las estimaciones que hicieron los astrólogos de doña Hacienda al elaborarlos presupuestos generales para 2020. Muy previsores, contrataron las mentadas coberturas para tapar el gigantesco agujero de las finanzas públicas que resulta de haber supuesto que la mezcla mexicana se cotizaría en 59 billetes verdes pero no sabemos el monto de esas garantías, porque no nos lo dicen, y el gran tema, encima, es que con esos precios la mismísima producción del hidrocarburo no resulta rentable. Añadan ustedes que la gran empresa “de todos los mexicanos” está teniendo unas pérdidas colosales —el año pasado fueron de 346 mil millones de pesos, un incremento de 92 puntos porcentuales respecto a las registradas en 2018— y que nuestra Administración, aparte de haber salido ya al quite para mitigar tamaño quebranto, le va a inyectar todavía 5 mil millones de dólares a la corporación. Hasta el momento, seguirán los tres grandes proyectos de infraestructura que ha emprendido el Gobierno de la 4T. El llamado Tren Maya parece ser que costará unos 150 mil millones de pesos, mientras que para la construcción de la refinería de Dos Bocas se necesitarán 8 mil millones de dólares (192 mil millones de devaluados pesos mexicanos, calculados a partir de la cotización que tuvo nuestra divisa ayer en el mercado); en lo que se refiere al aeropuerto de Santa Lucía, costará 95 mil millones pero el pago del finiquito de los contratos cancelados en el aeropuerto de Texcoco habrá sido de 71 mil millones, por no hablar de los 120 mil millones ya gastados en la construcción de una tercera parte de la obra. El asunto es que no me salen las cuentas, oigan. Y no cuadran precisamente porque el panorama económico mundial es negro pero, sobre todo, porque la economía de México no ha crecido, porque la recaudación fiscal ha bajado y porque, con la pandemia encima, el supremo Gobierno tendrá que decidir entre seguir con los proyectos o atender a los mexicanos.
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Fuente: Milenio