MÉXICO MACHISTA, MÉXICO FEMINISTA, MÉXICO ANTE EL ESPEJO NEGRO
CARLOS RAMÍREZ
Los días 8 y 9 de marzo México
se enfrentó al espejo negro de
Tezcatlipoca, la maldición que
refleja, dicen, todo lo malo, el lado
oscuro de la realidad. Centenas de
miles de mujeres salieron esos dos
días a las calles a protestar contra
los dos males de la modernidad
inacabada: los feminicidios y delitos
sexuales, los delitos de género, sólo
por ser mujeres, desde el piropo
agresivo y grosero hasta el asesinato
por su condición de ser mujer.
Los mexicanos nos hemos enfrentado
en estos días a ese espejo
de nuestras deficiencias. ¿Cómo
es posible que los mexicanos, tan
caballerosos, que le cantan baladas a
las “mujeres divinas”, que identifican
a la mujer como la madrecita a la que
se adora sustituyéndola en la práctica
por la Madre Virgen de Guadalupe,
cómo es posible que salgan tan machos,
tan hombres, tan fuertes sostenido
sobre la debilidad femenina?
Pues sí, las mujeres tienen razón.
Las cifras lo confirman: 2 mil 7032
mujeres asesinadas por su condición
de género, 450 al año, de 2015 a
219. Pero con otro dato oficial grave;
las mujeres padecen un tercio de la
totalidad de los delitos contabilizados.
Van unas cifras:
–En el año de 2019 ocurrieron
980 violaciones.
–En 2019 se dieron 57 mil 310
delitos contra la libertad y la seguridad
sexual.
–En ese mismo año se dieron 19
mil 60 violaciones.
–En enero de 2020: 72 violaciones,
4 mil 60 delitos contra la seguridad
sexual y mil 272 violaciones.
–En 2019 hubo 65 mil 525 mujeres
afectadas por lesiones dolosas.
Y en 2019 se registraron 197 mil
693 llamadas de emergencia por incidentes
de violencia contra la mujer.
Y a pesar de todo, como se insistió
en los días 8 y 9 de marzo, el gobierno
actual no ha designado al o a la
fiscal de delitos de feminicidio, por lo
que todos los asesinatos de mujeres
son expedientes que circulan por
las zonas desconocidas del sistema
judicial-penal.
Las mujeres salieron a protestar
con enojo, furia y hasta violencia el
domingo 8, generando choques con
contra
la policía. Colectivos de mujeres
anarquistas llegaron hasta las puertas
de Palacio Nacional a colocar pintas
agresivas y alguna mano no muy clara
–aunque bajo investigación– lanzó
una bomba molotov contra esa puerta
y afectó a una fotógrafa y a mujeres
policías.
Lo que tiene que aclararse en el
sentido de la protesta: la furia en sí
misma, la propuesta de largo plazo, la
interrelación institucional o…
Los medios analizaron con apoyo
las protestas del 8. El 9 ocurrió un
paro de labores de mujeres, un día sin
mujeres, y la economía se colapsó. La
marcha y el paro de labores fueron
inéditos.
Se ha llegado a hablar de revolución
feminista-femenina, quiebre
histórico de las movilizaciones, victoria
de las mujeres. Sin embargo, el gobierno
del presidente López Obrador
no ha respondido a las exigencias de
las mujeres y su respuesta institucional
ha evitado la diferenciación de
género. La tendencia de inseguridad
y violencia sigue escalando cifras
inéditas en su número.
El martes 10 el tema femenino-feminista
salió del radar de los medios.
Las mujeres no pudieron diseñar
hasta ahora una agenda de exigencias
y reformas. Los partidos y sindicatos y
las dos cámaras legislativas quedaron
al margen de las protestas, las vieron
con simpatías, pero nadie se acercó
a los colectivos organizadores a preguntar
por sugerencias, necesidades y
reformas institucionales. Los partidos
autodenominados de izquierda
–aunque más bien de centro-populismo–
abanicaron en sentido de
fondo de las protestas: la exigencia de
mayores y mejores medidas de seguridad,
nuevas leyes contra agresiones
a mujeres, reactivación con mayor
eficacia de las existentes y sobre todo
campañas educativas para atender
las quejas de agresiones y presiones
sexuales contra las mujeres.
En todo caso, la gran victoria de
las protestas femeninas-feministas
fue quitar el velo al rostro falso del
mexicano caballeroso y mostrar al
mexicano machista desde el hogar
hasta el trabajo, pasando por las instancias
políticas. Asistentes femeninas
en la Cámara de Diputados, conocidas
como edecanes por la exigencia de
figura, rostro y vestimenta atractiva,
han denunciado a legisladores que las
presionan para obtener favores sexuales.
En el futbol hay un entrenador
acusado de intento de violación.
Pero conocer el rostro machista no
alcanza para responder a las exigencias
de las mujeres. Faltan diagnósticos del
machismo mexicano, de las exigencias
de las mujeres, se necesitan organizaciones
no gubernamentales de carácter
jurídico que acompañen a las mujeres
en las denuncias, en la presión a las
autoridades para dar resultados y en
el seguimiento de los expedientes.
Una mujer saxofonista en Oaxaca fue
bañada con ácido en el rostro por su
compañero, pero nada se ha hecho
porque el agresor es un exdiputado del
PRI, Juan Antonio Vera Carrizal, protegido
del gobernador priísta de Oaxaca,
Alejandro Murat Hinojosa.
Fuente: Expreso.press