MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA
El Covid-19 nos está alcanzando, al norte, cruzando el Río Bravo ayer había ya 137 mío infectados y 2 mil 400 muertos, en México estamos en un momento en el que no hay retorno, lo peor se acerca y este fin de semana la autoridad sanitaria advirtió: quédate en casa o pagaremos las consecuencias.
Así es mis queridos boes, pese a que en México solo había ayer 993 contagios y 20 muertes, oficialmente reconocidos, los rostros de Hugo López Gatell y el resto de los especialistas que día a día dan el parte médico fue elocuente desde el sábado; se veían alarmados.
Con los labios resecos, desaliñado y sumamente serio López Gatell advirtió, es la última oportunidad para poder hacerle frente a la epidemia.
¿Por qué de pronto cambió el estado de ánimo de López Gatell y del otro López el de Palacio Nacional que ahora insisten en que nos resguardemos, cuando los gobernadores ya nos habían convencido hace 15 días y así lo estamos haciendo muchos?
Saben, lo que no nos quieren decir con claridad, entienden, porque los números de Estados Unidos se los grita, que los cálculos que hicieron no eran tan optimistas y que como vecinos de los gringos nos puede ir peor.
Porque en números esto nos puede pasar, mínimo, según López Gatell el 70% podremos o nos vamos a infectar de Covid-19; eso en números que no dicen es igual a 80 millones, aunque sólo el 15 por ciento va a requerir atención médica, el resto no tendrá síntomas.
Pero ese 15 por ciento significan 12 millones, y además López Gatell ha dicho que el 5 por ciento de los infectados requerirá de cuidados intensivos, no una simple cama de hospital, sino una sala de cuidados intensivos con respirador y monitores y demás equipo.
¿Cuánto representa ese 5 por ciento de los que van o vamos a necesitar ser internados en cuidados intensivos?, 4 millones de mexicanos.
Cientos de veces más de las camas de cuidados intensivos qué hay en el país, mil veces más de los respiradores que hay en el país.
Más sensatos, más prudentes, los gobernadores se habían adelantado a los llamados que tardíamente hace la 4T y Andrés Manuel López Obrador se que nos quedemos en casa.
En Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca ordenó la suspensión de clases desde el 17 de marzo, luego mando a casa a madres de niños pequeños y burócratas con enfermedades crónicas y de la tercera edad.
No es fortuito que Tamaulipas tenía hasta ayer solo 7 casos de infectados, pese a tener una frontera muy movida, la de mayor tráfico comercial y puertos igual de activos.
Porque acá, como en Nuevo León, Guanajuato, Jalisco y otras entidades se entendió que en Europa la enseñanza que dejó la pandemia era que lo más funcionaba para su contención era la ‘sana distancia’, mientras en la CDMX más de 70 mil fueron al Vive Latino 2020 y demás masivos.
Ahora que la pandemia tiene su epicentro en Estados Unidos, del que nos separa un río y que los contagios se duplican y qué hay cada vez más dudas de las cifras que nos recetan todas las noches, los que pedían no exagerar y el que insistía en dar besos y abrazos son los que se ven más apanicados
La semana que empieza, se antoja muy complicada, porque el mundo llegará al millón de contagios, porque los costos económicos se están multiplicado, porque el aislamiento que se previa sería hasta el 19 de abril, ahora se alarga como mínimo al 30.
Si estamos en la última llamada, como nos lo advierten, significa que los casos oficiales se multiplicarán los próximos siete días, es decir que lo más fuerte de la pandemia comenzará a azotarnos.
En medio de la emergencia, en Tamaulipas la Secretaría de Salud informó que investigará todas las licencias que otorgó al personal que se adhirió al decreto de Cabeza de Vaca para ausentarse del trabajo.
Resulta que el 50 por ciento del personal dijo que estaba en condiciones de abandonar el trabajo, o porque son madres con niños, de la tercera edad o con males crónicos.
Pero sucede que muchos, pero muchos de ellos que vaciaron los hospitales de todo el estado si acuden a sus otros trabajos en hospitales privados y les cayeron en la trampa, por lo que muchas licencias serán revocadas, como incluso lo reconoció el líder sindical Adolfo Sierra.
AMLO con la jefa…
Ayer fue tendencia la imagen en que Andrés Manuel López Obrador iba presuroso a la lujosa suburban blanca en la que se encontraba la madre de Joaquín El Chapo Guzmán, en su gira por Badiraguato.
“No te bajes, ya recibí tu carta”, le dijo antes de llegar a la puerta del vehículo y estrechar su mano, mientras que el abogado de la señora lo tomaba por el brazo y luego se fue con él hasta la Suburban azul que lo trasladaba.
Las críticas no se hicieron esperar, porque se vio a AMLO sumiso ante la mamá del narco más peligroso que ha tenido México en su historia, el hashtag #narcopresidente se viralizó, fue un exceso, desde luego, pero los conservadores, como le llama a la oposición le cobró con la misma moneda.
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Fuente: Expreso.press
