Columnas

EL MIEDO OFICIAL AL CORONAVRIUS

 FRANCISCO CUÉLLAR CARDONA

La actitud relajada que se observa en el gobierno federal se atiene un poco, o un mucho, al voto de confianza que le dio la Organización Mundial de la Salud”

Ante el escenario apocalíptico que algunos le quieren dar al tema del Coronavirus, surgen muchas preguntas sobre la actitud pasiva que asumen casi todos los gobiernos en sus tres niveles en México. 
¿Qué está pasando en Europa, en Asia, en Estados Unidos y Sudamárica, que todos los gobiernos han extremado medidas para enfrentar esta Pandemia y en Mexico se observa una actitud pasiva y socarrona?, ¿porqué allá han cancelados todos los eventos masivos y las mismas escuelas han suspendido clases, y aquí todavía lo están pensando?.
La explicación es culturalmente muy sencilla. En el resto del mundo, la prioridad es 
la vida y la salud de los seres humanos, pero en México, importa por encima de todo, el dinero; primero es el negocio, después la vida.
En Europa y Estados Unidos, todas las ligas profesionales de fútbol, béisbol y de los espectáculos masivos, fueron cancelados, y en México todavía no deciden si las cancelan o no. Los gobiernos en sus tres niveles, no quieren sembrar el pánico y ni alterar a la población, porque políticamente les afecta en la imagen, es decir: anteponen sus intereses políticos personales, por encima de la salud de toda la población. 
Este jueves, el senador por Nuevo Leon, Samuel García, reveló algo muy delicado sobre el tema, al asegurar que médicos y enfermeras del ISSSTE en el país han recibido la indicación para que todo paciente que ingrese a las clínicas con los síntomas del Coronavirus, lo registren como Influenza. Esto, con el fin de no disparar las cifras oficiales y no infundir temor entre la población. La denuncia del legislador, no sorprende porque tradicionalmente así se maneja el gobierno mexicano frente a este tipo de crisis, lo cual es ser criminal e inhumano porque el Estado y el gobierno se blinda primero, antes que la ciudadanía.
La actitud relajada que se observa en el gobierno federal se atiene un poco, o un mucho, al voto de confianza que le dio la Organización Mundial de la Salud (OMS) luego que reconoció las fortalezas organizativas adquirida por México en crisis pasadas como la Influencia H1N1 en el 2009. 
Aun así, con esa deferencia, México y sus gobiernos deben despojarse de prejuicios e intereses políticos y monetarios para encarar este grave problema de salud. Lamentablemente ocurre esto cuando el gobierno federal y algunos Estados aun no afinan programas de salud eficientes, pues el polémico INSABI (Instituto para la Salud y el Bienestar) aun ni siquiera opera al diez por ciento.
La situación que amenaza con agravarse en México, porque apenas están surgiendo los primeros casos, obliga a que los gobiernos asuman con responsabilidad esta crisis de salud que otros países del mundo ya han tomado como una prioridad para salvar vidas y cuidar la salud de los seres humanos. Que aquí se haga lo mismo. 

Fuente: Expreso.press

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