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Desde El Faro | El Querreque


CAROLINA INFANTE PACHECO

Sería casi imposible pensar que viviendo en alguna parte de la hermosa Huasteca, conformada por los estados de Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo y Puebla, nunca hubieras escuchado el famoso “Querreque” que emborracha al Presidente y también al Gobernador… ¡¡¡Querreque!!!.

Pero, ¿quién fue el compositor de tan arraigada canción? A don Pedro Rosa Acuña, mejor conocido como “El Clarín Huasteco”, se le acredita la original composición y el auténtico Querreque. Ilustre personaje de la cultura popular huasteca, don Pedro nació en el año de 1931 en una comunidad muy pequeña llamada Cuartillo Viejo, perteneciente al municipio de Xilitla.

Desde muy pequeño, Pedro mostró una inclinada afición por la música. Todo parece que empezó a definirse cuando al cumplir 12 años su mamá, como pudo, logró comprarle un violín con madera de pemoche, el violín en cuestión lo diseñó y realizó un artesano también de ahí mismo, de Xilitla, llamado don Agustín Hernández, a quien apodan «El Huitlacoche».

Aunque usted no lo crea, las cuerdas estaban hechas con tripas de tlacuache en aquel rústico instrumento, obviamente bajo un tratamiento especial para dar la finura de las cuerdas. En su historia artística resalta la creación de huapangos tradicionales, como resultado de la música que escuchaba desde niño en las calles de Xilitla y que su sentido musical lo guiaba para realizar composiciones originales.

Pedro se distinguía por tener un carácter introvertido, el muchacho fue animado por amigos y parientes para que realizara su primera presentación como violinista y trovador, aprovechando la oportunidad de que se llevaría a cabo un baile en la casa de su medio hermano Librado Rosa Mata en la comunidad Cruztitla, del municipio de Xilitla.

Pese a su poca disposición de figurar en público, su capacidad para trovar y buena voz le dieron fama en parte de la Huasteca potosina, veracruzana y tamaulipeca y sus alrededores, y a pesar de su negativa de salir de Xilitla y la Huasteca fue incluido en una gira artística que lo llevó por varios países incluyendo el Medio Oriente.

Tristemente a finales de 1963, Pedro contaba con 32 años de edad y ya enfrentaba problemas serios de salud. Preso de una profunda depresión que atravesaba se encerró en el cuarto que rentaba cerca de «La Joyita» en Xilitla.

Una mañana del 3 de enero de 1964, llegaron a visitarlo sus familiares, Pedro como pudo se incorporó en la cama y con un frágil ánimo, pidió su violín y, pese a su extrema debilidad, con sorprendente agilidad tocó algunos versos del San Lorenzo. Se dice que el último verso que cantó fue: “La primera Luz que vi, bajo todos los colores, Lugar donde yo nací, ¡Xilitla tierra de amores!, La de San Luis Potosí… ¡Ésta es mi tierra, señores! Enseguida y con un último suspiro, Pedro exclamó… “Bueno. Ahí nos vemos”… y se acostó de nuevo en su cama. Minutos después, sus familiares se dieron cuenta que su cuerpo estaba de un color pávido y sí, tristemente había fallecido aquel 3 de enero de 1963, sin saber que su famoso huapango sería de los más populares posteriormente.

Pedro Rosa Acuña nunca registró su música y con el paso de los años, sus composiciones pasaron a ser dominio público reportando grandes beneficios económicos a otros huapangueros y compositores que presentaron oficialmente como suyas las creaciones del xilitlense.

Indiscutiblemente las composiciones más importantes de Pedro fueron «El Querreque», compuesta en 1950 y San Lorenzo en 1957. El estilo creativo de la improvisacion para los versos bien rimado, hizo que el Querreque sea lo más representativo del huapango y no pueda faltar en ninguna fiesta para darnos ale-gría en esas maravillas huapangueadas.

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