Acontecer político | ¿Quién?, es la pregunta
En medio de la emergencia nacional provocada por el coronavirus, la política sigue sin dormir y el jaloneo entre las diversas tendencias ideológicas se extiende con mayor rapidez que la enfermedad. Y en este entorno valdría hacer un análisis sobre el cauce que podrían tomar los acontecimientos electorales que se avecinan y en qué forma podría alterarse el escenario de la vida pública del país.
Queda claro que los opositores de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR han encontrado en la crisis de salud un nuevo recurso para tratar de minar la fortaleza de su gobierno, tras de que el movimiento feminista, que en su tiempo fue la bandera bajo la que se cobijaron, prácticamente ha quedado en el olvido a la luz de las nuevas preocupaciones y sus efectos en términos de política no fueron mayores.
Los antes feministas, ahora se pusieron el traje de epidemiólogos y critican y reprueban las medidas tomadas por el gobierno federal para contener los contagios. Y hasta Thalía, que tiene años de vivir cómodamente en los Estados Unidos, se mete en asuntos domésticos sin que evidentemente tenga idea de lo que habla. Pero, las marionetas siempre responden a quien les jala los hilos.
Pero pongámonos en el supuesto de que un hipotético mal manejo de la crisis por parte de AMLO y su gabinete, orille a la ciudadanía a buscar nuevas alternativas para hacer una corrección del rumbo de la Nación. ¿Hacia dónde podrían orientarse las miradas?
Todos los partidos que hoy son oposición no parecen recuperarse del desplazamiento de que fueron objeto y se limitan a patalear sin presentar propuestas confiables y viables de cómo manejar los asuntos del país.
El Partido Revolucionario Institucional, que durante décadas manejó a México con mano férrea continúa sumido en el descrédito y quienes antes fueron sus estrellas refulgentes, en estos días esconden la cabeza ante el temor de que se investiguen sus actos de corrupción. ¿Hay alguna figura en el PRI que esté en condiciones de encabezar una corriente opositora al actual régimen?
CARLOS SALINAS DE GORTARI, ENRIQUE PEÑA NIETO, MANLIO FABIO BELTRONES, ENRIQUE REZA OCHOA, CLAUDIA RUIZ MASSIEU, HUMBERTO MOREIRA e incluso el actual dirigente nacional ALEJANDRO MORENO, ¿tienen un mínimo de capital político para oxigenar a un ente moribundo? Sencillamente no. ¿Entonces quién?
Por lo que respecta al Partido Acción Nacional que se pronosticaba como la principal fuerza opositora, está bajo una dirigencia que no encuentra la ruta para asumir el papel que presuntamente tenía asignado y ni siquiera puede conciliar las opiniones de sus propios militantes.
Primero se trató de reciclar al expresidente VICENTE FOX como ariete para tratar de meter goles al contrario. Pero bien pronto tuvo que coserse los labios cuando se reveló que adeudaba impuestos y que su esposa, MARTHA SAHAGÚN, estaba involucrada en manejos financieros irregulares de los “Legionarios de Cristo”. No se ha vuelto a saber de ellos.
Y recientemente, se echó mano de otro cartucho quemado, RICARDO ANAYA CORTÉS, excandidato a la presidencia de la República que igualmente fue exhibido por el gobierno de PEÑA NIETO de haber realizado operaciones financieras dudosas. Sus críticas sobre el manejo de la crisis epidemiológica no tuvieron mayores consecuencias dados sus antecedentes.
Otro personaje que trata a toda costa de permanecer en el ámbito político, FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, sigue metido incomprensiblemente en una batalla que de antemano tiene perdida aun cuando lograra el registro de un nuevo partido. La historia ya le hizo cuentas y sale perdiendo.
El PRD, Movimiento Ciudadano, el Partido Verde y el Partido del Trabajo sólo son comparsas que se venden al mejor postor de acuerdo a los intereses de sus dirigentes.
¿Entonces quién podría concitar el número de apoyos y simpatías para encabezar válidamente una oposición real, efectiva y convincente frente a la llamada cuarta transformación?
Allí está el meollo. Simplemente no hay líderes visibles en las fuerzas contrarias.
Las opiniones que se vierten en las redes sociales están divididas. Pero falta el elemento aglutinador de las que consideran que es indispensable un cambio en la conducción del país. Y la pregunta resurge ¿Quién, quién?
Una respuesta simplista podría ser “Cualquiera haría un mejor papel que LÓPEZ OBRADOR”. Pero no se trata de poner en la silla presidencial a cualquiera si es que en realidad se piensa en el bien general. Si de ineptos se trata, ya tuvimos a JOSE LÓPEZ PORTILLO, MIGUEL DE LA MADRID y a PEÑA NIETO que fue sólo un producto inflado por los consorcios televisivos y los grupos económicamente más poderosos. La pregunta queda en el aire ¿Quién, quién?
Pero mientras la política hace lo suyo, la colectividad enfrenta con responsabilidad su papel ante la amenaza que sobre todos se cierne. Aunque la mayoría de las actividades productivas continúan, amplios segmentos de la sociedad mexicana observan las recomendaciones que los diversos niveles de gobierno han emitido para romper la línea de transmisión del Covid-19.
La Organización Mundial de la Salud ha reconocido que las estrategias contenedoras de la pandemia en México han sido acertadas, aunque se reconoce que es imposible detener el avance de la pandemia en los niveles deseables. Pero en esa lucha estamos todos, pues la salud es mucho más importante que la batalla por los cargos públicos.
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