SERENOS MORENOS…
FRANCISCO CUÉLLAR CARDONA
La poderosa voz presidencial, finalmente se impuso a las tribus y corrientes de Morena que amenazaban con descarrilar el Movimiento hecho partido, y que es hoy la organización política de moda en la que todos, priistas, panistas, perredistas, etcétera, quieren estar.
El Tribunal Electoral Federal confirmó este miércoles, la validez de la dirigencia de Alfonso Ramírez Cuéllar, quien según ha trascendido, podría quedarse de forma permanente en el liderazgo y coordinar la elección del 2021.
Además el mismo (TRIFE), validó la propuesta para que todas las dirigencias estatales y locales, se definan mediante encuestas, tal y como lo ordenó el Gran Tlatoáni tabasqueño desde hace meses. Y para consumar el «lineazo presidencial», la máxima autoridad electoral judicial, echó abajo la propuesta de Yeidckol Polevnsky de devolver el 75 por ciento las prerrogativas al Instituto Nacional Electoral, de tal manera que en Morena, no solo volverán las aguas a su nivel, si no que tendrá dinero suficiente para hacer talacha electoral de aquí a las elecciones del 2021. Ahora sí, dijeron ayer en la noche las gentes cercanas de Ramírez Cuéllar: ¡agarrense, porque ahí vamos».
Los pleitos y las pugnas, por supuesto que van a continuar, porque en la «izquierda mexicana» es imposible que haya armonía, pero queda claro que la línea de Palacio Nacional, se acató sin miramientos. Morena tiene el ADN priista, y necesitaba el manotazo del Presidente para poner orden, aunque esté jure en sus Mañaneras, que él está ajeno a lo que se diga y se haga en su partido.
La pregunta que ahora se hacen, es ¿con este apretón, quién gana y quién pierde?.
Yeidckol y los «grupos originarios» que creyeron que podían hacer lo que se les pegaba en gana en el partido, y la corriente de los duros, entre los que se encuentra la misma Bertha Luján y Gabriel García coordinador de los delegados federales, y la jefa de gobierno en la ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Ellos y ellas son los grandes perdedores, y aunque probablemente se retiren de las tareas partidistas, no se salen de Morena, porque lo han dicho con cinismo y descaro: «Tardamos años para llegar y ahora no nos sacaran tan fácilmente». Al confort y a la comodidad del presupuesto todos se acostumbran rápidamente.
Los que sí andan de plácemes, y podría decirse que son los ganadores de este episodio, son los Monrealistas, incluyendo al coordinador de la bancada en San Lázaro, Mario Delgado.
Alejandro Rojas Díaz-Durán que empezó esta rebelión en contra de los duros, adquiere con esta nueva circunstancia, una presencia y una influencia tal, que no necesita estar en el liderazgo.
Los que pierden más son los grupos regionales y locales que en los Estados le apostaron a uno y otro grupo, sobre todo a los simpatizantes a Yeidckol y Bertha Luján.
La elección de las dirigencias locales, que será mediante Encuestas por mandato del Tribunal y del Presidente López Obrador, le resta poder e influencia a los gobiernos estatales que se habían acostumbrado a meter mano en Morena.
Ahora, la dirigencia nacional de Morena en manos de Ramírez Cuéllar, será el decida, quien mande en los cuadros locales. Para Morena, el reloj político está en tiempo para pelear con todo en el 2021.
Finalmente, la mano que mece la cuna desde Palacio Nacional, se ha salido con la suya en Morena.
Fuente: Expreso.press