OPINIÓN
COLUMNA SENCILLITO
Por ALBERTO RODRIGUEZ ROMERO
El Título Octavo del Código Penal para el Estado de Tamaulipas es muy claro, a lo largo de 36 artículos explica ampliamente los delitos en que pueden incurrir los servidores públicos en el desempeño de sus funciones.
Recuerdo la frase de un subsecretario que dijo, si estás donde hay y no aprovechas, pues eres un pendejo. Y esa máxima parece aplicar a los funcionarios que llegan a “prestar” sus servicios, sean por elección o sean por invitación de los electos.
Este título octavo engloba todos los delitos en que incurran los servidores públicos en hechos de corrupción, en donde se señala hasta 20 años de cárcel por cometer este ilícito.
El ejercicio ilícito del servicio público, abuso de autoridad, coalición de servidores públicos, cohecho, peculado, uso ilícito de atribuciones y facultades, intimidación, ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencia y enriquecimiento ilícito, son los delitos en que incurren penalmente los funcionarios públicos al utilizar su puesto, información yo recursos para hacerse bienes muebles, inmuebles o dinero… o todos juntos.
La sola sospecha debe encender las alertas en los Sistemas Anticorrupción e iniciar investigaciones primarias que les indiquen si hay una posible comisión de cualesquiera de los delitos anteriores por parte de funcionarios estatales o municipales.
¿A qué viene todo esto? En Nuevo Laredo, se destapó el progreso, del alcalde y de varios miembros del cuerpo edilicio y funcionarios municipales, quienes en asociación con empresarios ya tienen todo listo para hacer el negocio de sus vidas… y las de sus hijos y hasta nietos.
Bajo las siglas internacionales del World Trade Center, una organización dedicada a realizar concentraciones de empresas e instituciones interconectadas en un
campo particular de su competencia, esto es aglutina a todas las empresas en un centro de convenciones para promocionar sus actividades económicas, comerciales y sociales, clúster le llaman en el mundo de la economía mundial.
Ellos han adquirido o rentado edificios completos para realizar sus convenciones, así tenemos que en México empezaron en el edificio que tiene el restaurante giratorio más grande de América Latina, muy impresionante por cierto.
Se ha extendido a otras ciudades importantes del país, especialmente onde están instaladas las grandes empresas trasnacionales y en los puertos de intercambio comercial.
Ahora busca instalarse en Nuevo Laredo, donde en sociedad con el alcalde, así se lo cuestionó la regidora Mónica García Velázquez hace cuatro días a Óscar Enrique Rivas Cuéllar y no lo ha desmentido.
El ayuntamiento va a comprar un terreno de 15 hectáreas, donde con una inversión inicial de 110 millones de pesos que incluye la construcción del Centro de Convenciones, de acuerdo a los informes obtenidos de declaraciones de Scott Ferguson, director ejecutivo del WTCA y Carlos Ronderos, director regional para América Latina del WTCA, quienes entregaron la licencia para operar en Nuevo Laredo.
Ya mencioné todos los delitos que se cometen desde el poder, delitos penales independientemente de los delitos del orden administrativo, si Rivas Cuéllar, socio, los comete todos.
Si utilizó información derivada de esto, también está cometiendo varios de dichos delitos. Ante esta denuncia pública hecha en Junta de Cabildo, ¿dónde está el Sistema Estatal Anticorrupción?
¿Habrá socios o funcionarios estatales inmiscuidos en este negociazo?
