Añoranzas | ¡Ni una más!
Se miraron a los ojos, alguien los presentó o simplemente se encontraron y de automático surgió la chispa del amor.
Empezaron a “noviar” y demasiado pronto quizás, hubo paridad de objetivos, se hicieron planes de compartir sueños y futuro. Familiares y amigos eran felices de ver enamorada a la pareja que nada ni nadie podría separar. Gran boda, misa solemne, campanas al vuelo. Todo era felicidad. ¡Vivan los novios!!
A su debido tiempo llegaron los hijos a completar aquella felicidad, la familia. Buen trabajo, hacer casa nueva, forjar un futuro arrollador. ¿Qué más podía pedírsele a la vida? Pero un mal día algo cambió. Nada era lo que pensaban o lo que habían planeado: el dinero o quizá los demonios que empiezan a surgir en un rincón del alma, como fieras agazapadas estaban al acecho.
Los desencuentros aumentaron, grandes silencios, mentes ausentes. La indiferencia y el desamor y se instalaron en su hogar. Ella era solo un estorbo, convivencia incómoda y rutinaria que iba agotando el poquísimo amor que quedaba entre los dos.
Para él no había salida ni solución. Aversión y odio iban creciendo dentro del corazón del hombre que le había jurado amor y fidelidad para toda la vida y ahora se planteaba una vida sin ella, liberados e independientes. Acabar con su presencia era su meta, sin importar el cómo ni en qué momento. Los hijos… eran lo de menos.
A ella, la actitud violenta, la mirada esquiva y el constante rechazo de su marido le sembraron la duda, la desconfianza, miedo y terror. Pero el miedo la detuvo a denunciarlo. Por miedo no abandonó el hogar, por miedo no enfrentó la vida, por miedo superó el pavor de seguir viviendo bajo el mismo techo con el hombre que tanto amó, el padre de sus hijos, el hombre de su vida que, sin miedo, la mató.
Las causas que llevan al feminicidio son variadas, pero la más común son los celos. Muchos hombres agresores alegan que los celos los llevan a cometer el asesinato de sus parejas. Sobre todo si se trata de una “supuesta” infidelidad.
De enero a septiembre de 2019, 2 mil 833 mujeres fueron asesinadas en México y continúa en aumento. Solo 726 casos se han investigado.
El crimen atroz de Fátima, una pequeña de siete años que sufrió abuso sexual y golpes antes de morir, ha conmocionado a México.
¡NI UNA MÁS! Claman las mujeres mexicanas y exigen ser protegidas.
Por miedo no abandonó el hogar, por miedo no enfrentó la vida, por miedo superó el pavor de seguir viviendo bajo el mismo techo
Fuente: El sol de Tampico