Política

¿Y la prensa escrita en Tamaulipas?

El Fogón

José Ángel Solorio Martínez

Las nuevas tecnologías, y la alternancia en Tamaulipas, le dieron un vuelco al sistema político regional. Las primeras, impactaron sobre todo, en la conformación de la red de medios impresos en la comarca; lo segundo, golpeó en el sistema nervioso central de las finanzas de la prensa escrita. Una y otra circunstancia, se convirtieron en la más venenosa argamasa que dejó en girones a un tejido mediático –vinculado casi orgánicamente al régimen generado por el PRI y sus aliados en más de 90 años–, desangrado y desconcertado por aquellos inéditos embates. ¿Qué proceso caracteriza en este 2020 a los medios impresos industriales –para llamarle de alguna forma a los periódicos de más alto calado–?

En estos momentos, el proceso que define a los periódicos regionales de Tamaulipas es la monopolización micro-regional. Es decir: la concentración del poder informático y comunicativo en un diario. Más: la liquidación de toda competencia en el espectro social y comercial para dar paso a la emergencia de un solo medio vigoroso y total.

En Nuevo Laredo, todo girará alrededor de El Mañana. Este tradicional cotidiano, hecho por periodistas, ha logrado mantenerse a viento y marea. Sus adversarios en el mercado, se han ido debilitando hasta pasar a ser medios marginales. (Siguen siendo representantes de poderosos grupos de poder locales, pero ya casi nada influyen en la construcción de la opinión pública en Nuevo Laredo y ciudades periféricas).

El Diario, El Líder y otros, son como lo dijera López Portillo: emisarios del pasado. En Reynosa, se percibe un fenómeno similar. La Prensa de Reynosa, vive cotidianamente con angustias financieras y ha dejado de ser –creo desde que Daniel Ulloa dejó de escribir en sus páginas– el contrapeso, a quien se erige como el líder indiscutible: El Mañana de Reynosa. La Prensa de Reynosa, ya no es lo que fue. Aquellos tiempos en que era representado por Reynaldo Garza Cantú, –disputó a sangre y fuego, literal, el territorio a la familia Deándar– ya no regresarán. Circulan, apenas un centenar de ejemplares para facturación. Nadie me lo contó –trabajé en estos tiempos trepidantes en su redacción–: llegaron a venderse más de 15 mil ejemplares en un día, en el conflicto por el transporte público atizado por la familia Deándar.

El Mañana de Reynosa, sin duda, hoy por hoy, el líder mediático impreso en Tamaulipas: participa en el diseño de la opinión pública en Reynosa, toda la Frontera Chica, Río Bravo, Valle Hermoso y San Fernando. En Matamoros, El Bravo, es el periódico que se convertirá en el monopolista de la prensa escrita diaria. La Opinión, hace tiempo que desapareció. Existen algunos medios que pretenden ser emergentes, pero que serán aplastados por las redes sociales y la potencia de la tradición de El Bravo. En ciudad Victoria, el centro político de Tamaulipas es una realidad que el sobreviviente al que enfrentan los medios impresos, es El Expreso. El Gráfico, otrora líder en la delineación de la opinión pública y política de esta región pasó a ser del más poderoso tabloide que se tenga memoria en la entidad, a un modesto portal.

El Diario, aun y cuando es propiedad de uno de los más poderosos grupos políticos en la época del PRI –la familia Cárdenas González–, atraviesa por serios problemas económicos y su debilitada influencia en la opinión pública parece ir cada día en declive. Igual momento, viven La Verdad –aparece sólo en modo virtual– y El Mercurio que se resiste a morir, pero que vive serios retos financieros.

En ciudad Mante, El Expreso resiste con posibilidades los vendavales de las redes y de la crisis económica –derivada de la alza en los costos de producción y de los bajos convenios– lo que le dará tiempo para ser el único periódico en el mercado mantense.

En el sur de Tamaulipas, al parecer ganará la contienda por la monopolización El Sol de Tampico. Con 70 años en los hombros, y el supermillonario soporte del grupo económico de Vázquez Raña, dejará a Milenio –ya ha despedido a media plantilla de trabajadores– y a La Razón en el camino. (Los impactos de esa interesante dinámica, son para ser desglosados en otra entrega. Sobre todos, los políticos con la vista puesta en el 2020).

Parte del colapso del viejo régimen, no lo provocó conscientemente la alternancia. Nada de eso: la anciana forma de gobernar y de organizar el sistema político, de forma clara, nítida, se está viendo en el naufragio de esos medios que nacieron de la prosperidad de los regímenes posrevolucionarios y neoliberales. Lo que no sabemos, es quién reemplazará esa oxidada estructura.

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