Columnas

Tampico, Madero y Altamira, ¿unidos?

ERIK VARGAS

Que los alcaldes de Tampico, Madero y Altamira se hayan puesto de acuerdo para organizar un carnaval conurbado, aunque sea por el mero entretenimiento, es un buen paso, sobre todo para los tiempos de la 4T. Sabemos lo difícil que es que sobre todo panistas y morenistas lleguen a tomar acuerdos, y en el caso citado, esto sabe a esperanza. Y no pretendo entrar en la comparación de la superficialidad de la fiesta de la carne, del pan y el circo, de las nimiedades, con las verdaderas exigencias de la sociedad de la Huasteca tamaulipeca, no; pensemos que por algo se empieza.

Cierto que doña Alma, don Jesús y don Adrián deben tener en cuenta los esfuerzos fracasados de otros proyectos del pasado como la marca turística Tampico Miramar, finiquitada por una idea separatista, o la salida deshonrosa de esta región del Fondo Metropolitano, en la ambición de acaparar los proyectos para una geografía antes que pensar en beneficios paralelos. Es cierto que también tendrán que tomar en cuenta que se deben, hasta cierto punto, a sus hordas políticas, y que en algún momento deberán responder a las exigencias de sus líderes, sobre todo en los futuros tiempos electorales.

Hoy a nivel nacional, asuntos como la migración, la seguridad, la economía, el Insabi, la reforma educativa, entre otros, marcan el ritmo de la política al son de las agendas partidistas, las cuales definen en muchos casos, lejos del debate constructivo, los antagonismos con base en la polarización. Triste. A la zona conurbada le hace falta explotar su versatilidad, aprovechar sus recursos, pensar en colectivo para fomentar la economía local mediante el comercio y la inversión interna y externa, darle herramientas al turismo, forjar una identidad de adhesión y colaboración, y caminar hacia políticas sustentables.

Aquí en este punto hay otra enorme oportunidad con el proyecto pendiente del tratamiento de la basura, en el cual los presidentes municipales, también ya han tenido acercamiento. Nuevamente, debe ser la sociedad civil la palanca de presión para evitar las politizaciones burdas. Y cruzando el río Pánuco en el olvidado norte de Veracruz, hay otras zonas de oportunidad que podrían albergar más empresas, viviendas, y derrama conurbada, en lugar de guardar a la delincuencia. Ojalá.

Fuente: Milenio

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