Whashington.- El tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, fue aprobado por el Senado estadounidense y, con ello, finalizó su costoso periplo por el legislativo de la Unión Americana, que retrasó y obligó a renegociar partes del acuerdo pero que ya está a un solo paso de su total ratificación e implementación.
Como era esperable, el T-MEC tuvo un gran apoyo bipartidista en la Cámara Alta de Washington. Tras su aprobación abrumadora en la Cámara de Representantes hace 40 días (385 a favor, solo 41 en contra), y con el visto bueno de los siete comités con interés en la materia, el Senado votó en su favor de forma aplastante por 89 a 10.
Entre los que votaron en contra están el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, contrariado por unas “muy buenas provisiones en materia laboral” pero que “no aborda el cambio climático, la mayor amenaza que enfrenta el planeta”, así como el aspirante presidencial Bernie Sanders.
El acuerdo de forma inmediata, se manda al despacho oval para que el presidente Donald Trump estampe su rma y ocialice la raticación por parte de Estados Unidos.
Trump dijo esta semana que firmará la próxima semana.
“Es la mayor actualización de la política comercial norteamericana en casi 30 años”, se felicitó Mitch McConnell, el líder republicano en la cámara alta. La subsecretaria de comercio exterior de México, Luz María de la Mora, está en Washington de visita coincidiendo con la aprobación del T-MEC y teniendo reuniones para su posterior implementación; está previsto que dé una conferencia en la embajada mexicana en la capital estadounidense en horas de la tarde para valorar el hito.
Llegar hasta aquí ha sido un camino tortuoso que inició en agosto de 2017, cuando inició la primera ronda de negociaciones. Meses después y tras momentos críticos se llegó a un consenso; desde la firma del tratado el 30 de noviembre de 2018 en Buenos Aires, en el marco del G-20 y todavía con Enrique Peña Nieto como presidente mexicano, el texto del T-MEC ha sufrido variaciones y cambios, con varias rondas de duras renegociaciones en Washington con el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, a la cabeza.
La mayoría demócrata en la Cámara de Representantes no estaba dispuesta a aceptar algunas de las cláusulas existentes en el texto inicial, especialmente en temas laborales y medioambientales, y tuvieron que ser modicados y analizados de nuevo. “El texto que nos mandaron [al principio] nunca habría tenido nuestro apoyo”, repetía ayer la presidenta de la Cámara de Representantes, la líder demócrata Nancy Pelosi.
Finalmente, el 10 de diciembre de 2019, más de un año después de su rma en la capital argentina, Estados Unidos y México llegaba a un nuevo acuerdo sobre el texto de T-MEC; nueve días después era aprobado en la cámara baja del Congreso de EU.
Ayer, sin más dilación, fue el turno del Senado.
Es sin duda un gran triunfo para el presidente Donald Trump, que cumple una de sus principales promesas: deshacerse del “horroroso” TLCAN e impulsar un nuevo acuerdo con los vecinos norteamericanos. Se une, además, con la firma el pasado miércoles de la “fase uno” del acuerdo comercial con China para rebajar la tensión en la guerra comercial creada por la Casa Blanca con el gigante asiático.
“Qué buena semana de éxitos substantivos para la nación, para el presidente y para el comercio internacional” se congratuló McConnell
México ya aprobó el nuevo texto a finales del año pasado. Ahora solo falta la ratificación en Canadá, que se espera que se produzca sin mucha dilación cuando su Cámara de Comunes regrese al trabajo el lunes 27 de enero, con su nueva composición tras las elecciones presidenciales del pasado octubre.
“Todos los ojos estarán sobre Canadá para que hagan su trabajo rápido para así poder trabajar en la implementación de este acuerdo”, había dicho el miércoles el senador republicano Chuck Grassley, presidente del comité de nanzas de la Cámara Alta.
Fuente: el universal