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QUE LES CAIGA EL VEINTE…

 FRANCISCO CUÉLLAR CARDONA

A propósito del 2020, a los norestenses «nos debe caer el veinte» de que solo trabajando como región nos puede ir mejor. Es cierto, cada entidad que integra esta zona tiene agenda propia y proyectos individuales, pero la interconexión y la cercanía geografíca, al margen de líneas divisorias, obliga a pensar y planear acciones de cooperación para resolver problemas que afectan a todos”

Siempre que inicia un nuevo año, es un motivo para reagendar propósitos, y este arranque de una nueva década, no es la excepción. Para el mundo, para el país, para la patria chica, y en lo individual, son muchos los deseos y las buenas intenciones en todos los niveles que pone a todos en una misma frecuencia de realizar acciones positivas. 
Para quienes gustan de hacer comparativos y analizar los procesos sociales, aseguran que los años pares, siempre son buenos y el 2020, a pesar los ajustes presupuestales y medidas de austeridad que aplicó el gobierno y no gustó a la mayoría, incluso a los mismos gobernantes de Morena, debe ser un año que venga con cosas buenas para todos.
El Noreste, nuestra zona, (Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas), como región tiene retos y deseos que nos unen. Y aunque algunos gobiernos no lo quieren tomar o ver así, en la práctica los obliga a tener un visión regional para emprender acciones conjuntas que contribuyan a un beneficio igual.
A propósito del 2020, a los norestenses «nos debe caer el veinte» de que solo trabajando como región nos puede ir mejor. Es cierto, cada entidad que integra esta zona tiene agenda propia y proyectos individuales, pero la interconexión y la cercanía geografíca, al margen de líneas divisorias, obliga a pensar y planear acciones de cooperación para resolver problemas que afectan a todos. Y en eso, los gobiernos estatales deberían estar pensando.
El tema de la inseguridad y la violencia es un problema que debe agendarse como una de las grandes prioridades de los gobiernos del Noreste. Tal vez en las cúpulas tengan otros temas en sus cabezas, pero en la boca de los coahuilenses, nuevoeleoneses y tamauipecos, el asunto de la criminalidad, está todos los días y todas las horas. Las estadísticas cuestan que desde hace más de diez años hay masacres y desaparecidos en esta región del país. El dolor, es un sentimiento que identifica a las familias de esta región que a gritos piden que se acabe.
La delincuencia y las bandas del crimen que siembran el terror y el miedo en los tres Estados, son las mismas, y aunque existen pactos y acuerdos oficiales para combatirlos, en los hechos parece ser que no se actúa, incluso hasta se cree y se piensa que deliberadamente se tolera.
Del reclamo que no se escucha, se pasa a un deseo en este 2020 para que a los gobiernos 
«les caiga el veinte» y se pongan a trabajar desde un óptica regional para bajar los índices de violencia en este año.
El inicio de año en Nuevo Laredo empezó con balaceras y ejecuciones, y este domingo continuó con un ataque a una familia de regresaba a Estados Unidos luego de pasar las fiestas de fin de año. Estos eventos ya no pueden seguirse viendo, y es ahí en donde los gobiernos de los tres niveles deben ponerse a trabajar. Son muchas víctimas inocentes que siguen cayendo en esta guerra que cumple 14 años. 
El mejor regalo para los norestenses este 2020, debe ser el compromiso de los gobiernos de restaurar la paz y darle la tranquilidad a una sociedad que este nuevo año desea y sueña con vivir en armonía y sin violencia. Sin retóricas,  que asuman en serio esa tarea.ç

Fuente: Expreso.press

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