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PRÍNCIPE; ¡QUÉ BOQUITA!

MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA 

Había una vez, en un municipio no tan lejano, que se llama Xicoténcatl, un príncipe encantador que en diciembre del 2017 desfiló en la carroza de cenicienta ante el pueblo pobre que su familia ha gobernado por mucho tiempo, la historia tuvo el viernes un episodio espantoso, el encanto del príncipe desapareció y se convirtió en sapo; un sapo muy agresivo.

Así es mis queridos boes, no es cosa de cuentos de hadas, aunque si es cierto que entra las excentricidades de quien protagonizó la historia, allá por el 20 de diciembre del 2017 se disfrazó de príncipe encantador y desfiló ante el pueblo de Xico, pero el viernes alejado de la galanura, la caballerosidad, la educación, el protocolo y el encanto, se mostró más como un personaje de las películas de ficheras, o a los que dio vida Luis de Alba, en su personaje El Chido.

Ya lo deben haber visto, el video en el que el Diputado Federal del PAN por Tamaulipas, Vicente Verástegui Ostos le dio la vuelta al país, por su lenguaje florido, por la violencia que presumió, por la prepotencia de la que hizo gala.

Resulta que Mauricio Rufatti, director Corporativo de Operaciones de los Ingenios del Grupo Sáenz en Tamaulipas rechazó 60 camiones con caña de la familia o de sus amigos, no está bien claro, porque no cumplían con los requisitos de calidad del producto 

Fue ahí donde al ‘príncipe’ se le metió el diablo y se convirtió en eso que vimos en los videos, entró al ingenio y tras llenar de adjetivos poco decorosos, retó a golpes a Rufatti, quien esquivaba las amenazas del legislador federal

“Si no la metes (la caña), aquí paramos a la verga… Te me vas a la verga. Aquí no vas a venir a mandar. Si tienes muchos huevos, órale, cabrón”.

Y como el valiente de la lotería, el que antes era príncipe, se quitó el chaleco que llevaba puesto en un intento porque el directivo le aceptara el reto a golpes.

Claro que las imágenes muy pronto le dieron la vuelta al país, desde los portales de los medios locales, hasta las agencias y los medios nacionales le dieron vuelo al escándalo, que a Verástegui Ostos no le quedó de otra más que grabar un video, que él y los suyos dijeron eran de disculpas.

“Dije malas palabras, ustedes me conocen, que es mi forma de ser del campo, pero pido disculpas por esas palabras que dije, porque estaba muy molesto, porque esa persona no va a venir a humillarnos”, dijo en lo que más bien que reiteraba sus amenazas. 

“Esa persona rechazó 60 camiones argumentando que la caña estaba mala…no estaba mala, por sus calzones, por su forma de ser y su cultura que tiene, que trae de El Salvador, rechazó la caña de forma unilateral”.

La historia tiene dos aristas que no debemos perder, por un lado la defensa de los productores de caña, que es no solo válida, sino necesaria.

Pero esta no tiene que ser de manera violenta, con insultos y mucho menos con amenazas, más allá de quien las profirió fue un diputado federal, quien además ya fue alcalde de Xicoténcatl.

La otra, y que desde luego tiene que ver con la política, tiene que ver con la investidura de Verástegui Ostos, con su historia familiar y desde luego con el futuro de dicho clan en las lides electorales.

Porque al que se vistió de príncipe y ahora estalló, no le hemos visto ni siquiera con la mitad de la euforia, la vehemencia y el coraje nunca en la tribuna de la Cámara de Diputados en la CDMX y vaya que a Tamaulipas le ha ido como en feria con los asuntos presupuestales a manos de la 4T y los pares de Vicente Verástegui.

Pero además, no son pocos los que en Xicoténcatl y sus alrededores sueñan con que su hermano César Verástegui Ostos, hoy Secretario General del gobierno de Tamaulipas sea candidato del PAN a la gubernatura.

Algo más, tampoco son pocos los que han señalado de cacicazgo, prepotencia e incluso hasta relaciones malas a la familia en comento, por lo que el papelón de Vicente, le levantó la ceja a más de uno, provocó que a su hermano César se le mencionara en las notas que él provocó y eso resta para el futuro de ambos.

Sea del partido que sea, México y su contexto de violencia, no necesita de bravucones que lancen improperios y amenazas cuando hay un diferendo, eso no es de personas civilizadas, educadas y menos le queda a un legislador federal que nos representa a todos los tamaulipecos ante el país.

Vicente Verástegui no tiene porque avergonzarnos ante todo México, porque la imagen de Tamaulipas ha quedado muy dañada ante los sexenios de violencia descontrolada que vivimos con el régimen tricolor, sus bravatas le dan la razón a quienes nos consideran aldeanos. No nos lo merecemos pues. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong

Fuente: Expreso.press

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