En manos de Trump
CARLOS PUIG
Arrancó el año con la posibilidad de una guerra. Por unos días, el mundo tembló pensando que Estados Unidos e Irán se enfrascarían en un conflicto bélico de consecuencias imprevisibles.
Las fuerzas estadunidenses asesinaron a un importante miembro del gobierno iraní, como respuesta a un ataque contra una instalación estadunidense en la región por el que murió un empresario estadunidense y alegando que estaban planeando ataques a cuatro embajadas de Estados Unidos —ayer, el secretario de la Defensa dijo que él no vio evidencia de esas amenazas—; los iraníes respondieron lanzando una docena de misiles contra bases estadunidenses en Irak, uno de ellos derribó, por error, un avión comercial matando a 176 ciudadanos inocentes. Después de los misiles y el avión derribado, los iraníes mandaron el mensaje que, por lo pronto, habría una tregua.
En esas estamos. Por unos días, la prensa estadunidense no tuvo en sus primeras planas el proceso de juicio político contra Trump pero este fin de semana el presidente ha regresado con furia al tema con una serie de tuits.
Estos días son un sombrío anticipo del año que le espera al mundo de aquí a las elecciones presidenciales estadunidenses en noviembre. Andrew Sullivan, uno de los más lúcidos observadores de la política estadunidense y en particular de estos tiempos trumpianos, escribió el viernes, entre otras cosas, lo siguiente: “La administración ha sido incapaz de proporcionar ninguna evidencia para el ataque ‘inminente’ que usaron para justificar el asesinato del general Qasem Soleimani. Me parece que se ha inventado. A pesar de todo, hubo tiempo para consultar a los aliados, y para pedir autorización del Congreso para lo que era claramente un acto de guerra.
“Pero, por supuesto, eso no sucedió. Y no sucedió porque durante mucho tiempo hemos construido un poder ejecutivo todopoderoso que los Fundadores reconocerían como una seudomonarquía y ahora la ocupa un demagogo inestable, beligerante e irracional.
La palabra para esto es tiranía. No la tiranía en el sentido de que no todavía vivimos en un país libre, sino la tiranía en el sentido clásico: gobierno de un solo hombre, hombre fuerte”. Por eso el mundo seguirá en vilo.