POR: FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO—
Ninguna otra entidad del país, está viviendo un suspenso y un vacío tan preocupante como nuestro estado de Tamaulipas. En otros estados donde habrá elecciones, la lucha electoral se da en condiciones normales, porque en su respectivo edificio público despachan sus gobernadores.
Aquí no sabemos que es lo que está pasando, pues en el centro del país nos dicen que ya no tenemos titular del Ejecutivo estatal, pero aquí, el Congreso local y los empleados mediáticos de Palacio, aseguran todo lo contrario. Mientras tanto, la Suprema Corte de la Nación se está tardando en dar el veredicto.
Y ello, desde luego que representa un gran tanque de oxígeno para un panismo gubernamental que sigue operando a todo lo que da, con la entrega de despensas, y se rumora en las redes, sin comprobarse claro, que ya están dando dinero a los ciudadanos. Todo esto acaba por enrarecerse, con la guerra entre AMLO y el INE.
Pareciera que a los tamaulipecos, nos subieron a una gran montaña rusa, donde de pronto la 4T decreta el desafuero del mandatario estatal panista, pero luego se cae en un compás de silencio, de impredecibles consecuencias. No se sabe si lo hacen por estrategia, y para alargar el castigo psicológico para las elites azules en nuestra entidad federativa, o de plano esto ya se convirtió en un juego de vencidas, donde todo puede pasar.
Los alegatos desde las cúpulas del sistema legislativo, y constitucionalista mexicano siguen su curso. Para unos, el desafuero es inatacable, y para otros, el Congreso local tiene capacidad para deshacer la decisión adoptada por el pleno de la cámara de diputados, erigida en jurado de procedencia. La máxima tribuna de la aplicación de la ley en este país, tiene la palabra.
Pero cuando…? Porque el tiempo también está haciendo su propio juego. Y más valdría que ya se definiesen estos asuntos, para que así, los partidos, llámese MORENA o PAN, supieran a que atenerse. En el caso del PAN pues tiene su estructura, la cual está operando con toda libertad a o largo y ancho del estado, mientras que MORENA lucha por territorios, y basándose en la fuerza de tres alcaldes. Por un lado ciudad Madero y Matamoros, haciendo equipo. Y en Reynosa la alcaldesa Maki, a la que se considera una aliada coyuntural, que está peleando para su propio interés. Y no se ve que esté haciendo equipo con los primeros que le mencioné. Pero, existe una meta común entre todos ellos: derrotar al cabecismo. Y el hilo conductor de esa lucha, es el tema del desafuero.
De ahí que a los morenistas tamaulipecos, les urja que este tema quede resuelto ya a la brevedad posible. Mientras no se defina el tema del desafuero, seguirán ocurriendo situaciones ilógicas y absurdas, pero ciertas, como la de esa votación de los legisladores locales del morenismo, regalándole a la mayoría panista, siete abstenciones que a los azules, les supieron a gloria por no decir que a una demostración de poderío y de absoluto control.
Al respecto, se especula que a cada uno de los del partido color guinda les tocaron 200 mil pesos, por dar su brazo a torcer, y voltear hacia otro lado. Como solía decir el General Alvaro Obregón: nadie aguanta un cañonazo de 50 mil pesos. Ahora son 150 mil más. Dicen que por eso se perdió la revolución de esencia popular, porque a los Generales villistas, los sobornaron los carrancistas y obregonistas.
En el caso específico, este tipo de cosas duelen hacia el interior moreno. Y es que, mientras que aquí en el Congreso local, los legisladores presumiblemente maiceados recibían su billetote, allá en los municipios de donde son originarios, como fue el caso específico de Matamoros, sus correligionarios seguían luchando en la trinchera, fieles al proyecto de la 4T obradorista.
Esto que hicieron esos siete legisladores morenos, definitivamente fue una traición. Y es seguro que se les cobrará puntualmente.
No se esperaba eso de ellos. Caso contrario a los diputados locales priistas, cuya fama de corrupción y ausencia de valores políticos, es de sobra conocida. Esos se van con quienes les brille el dinero. Y sí, todos los de la bancada tricolor, fueron congruentes con su calidad de títeres y mercenarios al servicio del cabecismo.
Por eso le digo que las cosas apremian. Y si los de la 4T ya decidieron darle para adelante, pues ya agilicen sus protocolos, porque insisto: aquí la realidad sigue su curso. Y el PAN-gobierno se mantiene con su poder intacto. Podrán haber perdido algunos kilos, pero no han perdido ni un gramo de su poderío y de su férreo control sobre su estructura.
Los morenistas le apuestan al hartazgo social, y a los efectos mediáticos del desafuero. Pero si este último viene a paso de tortuga, pues quien sabe que vaya a pasar.
Este jueves, allá en Palacio Nacional brilló una esperanzadora señal, que pudiese ser significativa. El Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Saldivar, anduvo por esos rumbos. Eso es lo que se manejó en notas nacionales.
Sin menoscabo de la independencia de la más alta instancia de la justicia en el país, (porque no me vayan a salir con que, Fox, Calderón y Peña no tuvieron a sus propios ministros), esperemos que el caso Tamaulipas, ya se resuelva. Y de la mejor manera.
