Por Valentín Calles
Don Carlos, es un migrante de origen salvadoreño que se dedica a construir las hormillas o braseros para que puedan cocinar sus propios alimentos.
Comentó sobre la difícil situación económica y de alto riesgo para la vida de los salvadoreños que implica quedarse en su país.
En la búsqueda de una mejor calidad de vida para su familia, es que decidió viajar hasta esta frontera para solicitar el tan anhelado asilo político al gobierno de los Estados Unidos.
Quienes le conocen en el campamento lo describen como una persona sencilla, muy trabajadora y que en sus posibilidades busca siempre ayudar a los demás.
La manera de ganarse un ingreso económico es construyendo las hornillas a quienes se lo piden a un costo módico para ayudar a los demás, de tal manera que puedan preparar sus propios alimentos en el bordo del Río Bravo.
En el campamento de migrantes del bordo del Río Bravo realmente no trabaja, aquel que no quiere hacerlo; porque necesidades hay muchas y dentro del mismo campamento pueden también ganarse un ingreso económico, el punto es encontrar la manera de brindar un servicio a los propios migrantes que viven en el campamento del Puente Nuevo Internacional.
