La tv mexicana en 2019
ÁLVARO CUEVA
No hay manera de hablar de la televisión mexicana en 2019 y de no vincular esto con la llegada a la Presidencia de AMLO. ¿Por qué? Porque se sintió el cambio. “La mañanera” se convirtió en el eje noticioso de la nación y los contenidos políticos como los de La maroma estelar, John & Sabina y De buena fe se multiplicaron. El dinero dejó de fluir hacia las televisoras como fluía antes, una larga lista de producciones de todo tipo se tuvo que cancelar y no faltó el comunicador que quiso aprovechar esto para acusar al nuevo gobierno de censura, pero la verdad es que en los últimos dos semestres todo cambió y el que no se supo mover, desapareció de la pantalla.
Nada más en estos 12 meses creció el impacto de Multimedios Televisión en diferentes regiones del país, nacieron nuevas televisoras como La Octava y los medios públicos resurgieron como no se veía desde la época dorada de Imevisión. Frecuencias como Canal Once, Canal 14, Capital 21 y Canal 22 ofrecieron coberturas nunca vistas antes, durante y después de eventos como El Grito y el desfile de la Revolución mexicana, esto sin considerar un montón de aportaciones en términos de producción que se realizaron.
Lo que acabo de decir no tendría nada de espectacular si no tuviéramos que considerar un punto: la austeridad de la Cuarta Transformación.
No es lo mismo que algunos de estos canales hayan estrenado programas como Me canso ganso, Aprendiendo a envejecer y Contraplanos hoy a que lo hubieran hecho antes cuando tenían dinero hasta para producir series dramatizadas y reality shows de alto impacto. Ante la falta de dinero y el incremento de canales, entre muchas otras cuestiones, la competencia en los canales privados se volvió a poner muy ruda tal y como se pudo constatar en eventos como el Oscar y la muerte de José José donde Tv Azteca sorprendió a propios y extraños.
¿Y qué me dice de lo que sucedió en otros ámbitos? Regresaron los talk shows como La tercera en discordia, volvieron a triunfar ejercicios deportivos como Exatlón México y hubo un muy sintomático resurgimiento de la comedia.
Televisa recuperó gran parte del terreno perdido en este tipo de emisiones regresando a jóvenes clásicos como Nosotros los guapos, Vecinos y Una familia de diez pero también creando nuevas propuestas como Lorenza, bebé a bordo, Mi querida herencia y Julia vs. Julia.
La televisión de paga no se quedó atrás y el bombardeo cómico fue de la consolidación de fenómenos como La cantina del Trunco Maclovich y Drunk History a lanzamientos como Backdoor y Se rentan cuartos. Muchas cosas se reacomodaron hacia la participación directa de las audiencias como en Teletón, Juguetón y Movimiento Azteca.
Otras, hacia lo digital tal y como lo demuestran pequeñas grandes joyas como Popurrí y Felizmente.
Pero lo que nadie puede negar es que las cosas volvieron al origen, a los noticiarios que sí luchan por el rating como Imagen noticias con Ciro Gómez Leyva, a los unitarios que sí trabajan para el pueblo como La rosa de Guadalupe y a los programas de entretenimiento que sí son entretenimiento como ¿Quién es la máscara? 2019 fue un año complicado, un año donde se sintió el cambio. ¿A poco no?
alvaro.cueva@milenio.com