Columnas

Cuestión migratoria

DANIEL CHAVARRÍA GARCÍA

Este escribidor ha llegado a la conclusión de que Estados Unidos es el único que tiene en sus manos, por el momento, el remedio para la migración indocumentada al sur de sus fronteras. El gobierno estadounidense puede terminar con el sufrimiento de familias enteras de Centroamérica al aceptar la entrada de migrantes en su territorio, de manera ordenada.

Nuestros vecinos son poseedores de una economía que fácilmente puede absorber a los grupos que desesperadamente pretenden cruzar el río Bravo para salir de pobres. Después de todo, la presidencia imperial es en gran parte responsable de la destrucción de la economía en naciones de America Latina. Independientemente de la actitud reprochable de algunos migrantes de Centroamérica, que molesta y exaspera en México ¿Es moralmente válido criticar a individuos que buscan una vida mejor para ellos y sus familias?

La migración ilegal es un fenómeno imparable en este siglo que vivimos. Se origina por factores económicos, malos gobiernos, corrupción, guerras, inseguridad, terrorismo y motivos familiares.

De acuerdo a un reporte de la Oficina Internacional para las Migraciones (OIM), en 2019 la cantidad de migrantes en el mundo fue de 272 millones de personas. Sobresale que “la migración ya no se da solamente de países pobres a países ricos, sino de países ricos a países pobres y de países pobres a países pobres”.

A la vista de los acontecimientos, es obligación de las regiones exportadoras y receptoras de migrantes brindarles la normatividad y protección que garantice sus derechos humanos y oportunidades de desarrollo. Sin embargo, no hay motivos para estar optimistas dado que la campaña política de Donald Trump para reelegirse en la Casa Blanca en noviembre de 2020, estará centrada, como todo indica, en la cuestión migratoria, y ello presagia la utilización de mayores dosis de miedo y odio con el ánimo de ganar votos de grandes sectores de la población que considera a los migrantes un peligro, pese a la aportación de estas personas a su economía.

Fuente: El sol de Tampico

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