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La necedad de la gobernadora Maru Campos dejaría sin agua a Tamaulipas

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez

Los panistas se vuelven novedosos cuando ascienden al poder, aunque nunca antes mostraran tanto celo en los asuntos públicos. Por ejemplo, Francisco García Cabeza de Vaca ha defendido las energías limpias, pero solo por ciertos ranchos que pagan por permitir la instalación de turbinas eólicas. Ahora, es el turno de Maru Campos, gobernadora de Chihuahua, de hacerse la mártir en su estado para no pagar la deuda de agua con Estados Unidos.

De todos los convenios de cooperación con Estados Unidos, que siempre toma ventaja debido a su poder, el del agua es el más favorable a México y extremadamente fácil de cumplir. Sin embargo, hasta lo fácil se complica cuando se mezcla con la politiquería de rancho a la que están acostumbrados los panistas.

Campos ha blandido el tema del agua como bandera para ganarse la aprobación y exhibir al gobierno federal, con quien mantiene diferencias en este tema. Es el mismo guión que ahora sigue Cabeza de Vaca en el tema de la seguridad para polarizar a la población con fines políticos. En el fondo, a ninguno de los dos panistas les interesa México, su porvenir, ni el bienestar de la gente.

Por desgracia, la frivolidad de Campos tendrá repercusiones para los demás estados fronterizos, como Tamaulipas.

México le adeuda a Estados Unidos una cuota de agua procedente del río Bravo de acuerdo con el tratado de Aguas de 1944. El país obtiene un reparto mayor, de casi 1,850 millones metros cúbicos, comparado con el que recibe la Unión Americana, de 432 millones. A pesar de esta ventaja, México ha incumplido su parte a lo largo de los años debido a la sequía.

Entre los ríos sujetos al reparto se encuentra la cuenca del Conchos, en Chihuahua. Sin embargo, en aquel estado se negaron a abrir las compuertas de la presa la Boquilla para cumplir con los compromisos hídricos.

A fin de evitar un conflicto legal y político con Estados Unidos por el adeudo, en octubre de 2020 el gobierno mexicano decidió trasvasar líquido de las presas de Nuevo León y Tamaulipas, como El Chuchillo y la Marte R. Gómez. De ese modo, el país evitaba una ruptura peligrosa con Norteamérica, pero abría una crisis del lado mexicano.

De acuerdo con cálculos de especialistas, el trasvase de Tamaulipas para saldar la deuda con Estados Unidos ha dejado a 16 mil productores de la entidad en riesgo de la quiebra o de abandonar su actividad por la falta de agua.

En un acto de elemental solidaridad con los tamaulipecos, que pagaron con su agua una deuda no contraída, el gobierno federal solicitó realizar los estudios necesarios para compensar a Tamaulipas. Así, en junio de este año, la Comisión de Operación y Vigilancia del Consejo de Cuenca del Río Bravo aprobó un modelo matemático para justificar la apertura de las presas de Chihuahua y aliviar las necesidades de Tamaulipas.

También, el presidente Andrés Manuel López Obrador, con absoluta razón, ha pedido amablemente a Chihuahua que ceda una porción de agua a Tamaulipas, ya que esta entidad había apoyado a toda la frontera con la cuota que dio a Estados Unidos.

Sin embargo, esta fue la respuesta de la gobernadora Maru Campos: “Sobre mi cadáver que vengan a quitarnos el agua de Chihuahua”. Hipócritamente, los panistas se han quejado siempre de la polarización y la hostilidad del presidente López Obrador, pero no es más que pura pose y simulación. Y lo prueban las palabras histéricas de la chihuahuense sobre el tema del agua.

Entre las voces sensatas que llaman a la cordura está la del diputado federal Juan González Lima, del Partido Verde, quien pidió desde el Congreso evitar un conflicto entre mexicanos y alargar los compromisos binacionales.

“Es fundamental que Chihuahua cumpla con su parte del acuerdo, ya que Tamaulipas está pagando la deuda hídrica a Estados Unidos mientras que Chihuahua aún debe cumplir con su compromiso ya que, de no hacerlo, nos estaríamos enfrentando a una sequía devastadora”, señaló González Lima en un exhorto.

El diputado federal destacó las ventajas claras que México obtiene del tratado de 1944, pero una actitud intransigente como la de Maru Campus puede desatar una crisis tanto dentro, como fuera del país.

Por ello, Juan González Lima pidió exhortar a las autoridades involucradas a llevar a cabo las acciones que honren el Tratado de Distribución de Aguas Internacionales entre México y Estados Unidos.

Un caso como este revela qué partidos llevan la política hasta el sacrifico de las personas y quienes separan lo electoral del verdadero servicio público. Si por algo Acción Nacional está en el desafecto de la gente, es por mentalidades como la de Maru Campos y del mismo Francisco García Cabeza de Vaca.

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