Columnas

Rivas, el alcalde cobarde

VÍCTOR HUGO DURÁN

Nuevo Laredo, la prodigiosa tierra del narcoterrorismo (creada por la mafia colombiana y peruana por el 2006), es protagonista de hechos similares en Siria, Mali, Afganistán, Yemen y hasta zonas de Ucrania, donde el estudio publicado por la compañía líder en seguros International SOS, los ubica entre los sitios más peligrosos del mundo.

La situación que escandalizó al país por diversos sucesos en el presente año, como el último registrado a unas horas de que el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca liderara el desfile de aniversario de la Revolución Mexicana, habla de lo complicado que para la sociedad civil en dicha ciudad se convierte su día a día. Situaciones de riesgo por todos lados, no importa la hora, el lugar o hasta el clima.

Balazos por aquí y por allá convierten a la muy productiva región, los miles de millones de dólares que genera el paso de mercancías hacia los Estados Unidos, en zona sin ley.

Ahí, su presidente municipal es el panista Enrique Rivas Cuéllar. Se encuentra en su segundo mandato; luego de cumplir con un periodo de dos años, se reeligió en el 2018 por un trienio. Sin embargo, su gestión ha sido de contraste, si del tema de inseguridad hablamos.

Cuando quiere, clama ayuda de las fuerzas del orden estatales y federales para ahuyentar a los delincuentes, pero le toca toparse de frente con las balaceras y huye. Nadie olvida aquel enero de 2018, cuando en un evento público se registraron detonaciones, se tiró al suelo y salió corriendo, dejando a un pobre niño y asistentes a merced de una bala perdida.

En los últimos sucesos prefirió irse a Laredo, Texas, a la inauguración de restaurantes en pleno momento de disparos a diestra y siniestra. Lo único valiente que hizo fue patear las puertas de Palacio Nacional, exigiendo sus recursos.

Por cierto, muchos habitantes no se sienten identificados con el “orgullo tamaulipeco”, con todo y cuera. Sus costumbres e influencias vienen de Monterrey, desde su forma de hablar, el futbol y la carne asada. El apego es más al regio. Cada hecho de violencia y donde autoridades tamaulipecas brillan por su ausencia, se comprende por qué no hay cariño. Pobre Nuevo Laredo, lo gobierna un cobarde como Enrique Rivas

Fuente: Expreso.press

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