El presidente López Obrador ha tenido como una de sus prioridades en su gobierno el rescate de la industria energética del país, particularmente de las Empresas Productivas del Estado Mexicano, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (FCE).
Durante los primeros días de gobierno, el presidente de México canceló las licitaciones petroleras, hasta nuevo aviso; canceló las subastas de energía eléctrica –proceso que buscaba alternativas de generación de electricidad- y el freno de robo de combustible a la par de reforzar a Pemex.
Discusión por la construcción de gasoductos
En los tres primeros meses del año, el gobierno de López Obrador acusó acuerdos leoninos para la construcción y uso de diversos gasoductos.
Durante los meses siguientes, la situación entre el Gobierno Federal y las empresasderivó en una serie de acusaciones y disputas hasta llegar a estancias judiciales internacionales, a fin de mantener los acuerdos firmados.
Finalmente, tras diversas negociaciones a puerta cerrada en Palacio Nacional, el presidente de México y los empresarios lograron un acuerdo en el cual se concretaron ahorros para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por 4.5 mil millones de dólares.
Combate al huachicol
En octubre pasado, durante su comparecencia en la Cámara de Diputados, Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, informó que de enero a septiembre se obtuvo un ahorro acumulado de 23 mil 808 millones de pesos por el freno del robo de combustible.
Ante las Comisiones Unidas de Energía e Infraestructura, Oropeza aseguró que, desde los primeros días de la actual administración, el hurto de combustible cayó 90 por ciento, equivalente a 5 mil barriles en octubre de 2019
Pemex, una reestructura mayor
De entrada, Pemex concretó en junio el refinanciamiento de sus líneas de crédito revolvente con 23 bancos por 8 mil millones de dólares, operación que fue calificada como la más grande en la historia de la petrolera.
El 11 de septiembre, se realizó una estrategia integral de financiamiento y manejo de pasivos con el objeto de atender sus vencimientos y mejorar su perfil de amortizaciones a través de tres transacciones: prepago de deuda; segundo, emisión de nuevos bonos y en tercer lugar el intercambio de bonos.
Entre las múltiples operaciones, se logró bonos a 7 años, por mil 250 millones; a 10 años, por 3 mil 250; y a 30 años, por 3 mil millones de dólares. Este recurso se utilizó para pagar las líneas de crédito revolventes, que era una de las principales preocupaciones de las agencias calificadoras.
Además, la empresa petrolera tuvo incentivos fiscales de deducciones en el pago del Derecho por la Utilidad Compartida (DUC) sobre un universo de producción de 400 mil barriles diarios, que significaron un beneficio sólo para este año de 27 mil millones de pesos.
También se reformó la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, en la cual se modificó a la baja la tasa del 65 por ciento previsto para el derecho de utilidad compartida.
Con lo anterior, la actual administración ha realizado múltiples operaciones de refinanciamiento, que en conjunto suman la cantidad de 28 mil millones de dólares.
Exploración de 20 campos petroleros por año
El director general de la petrolera mexicana explicó que la meta es lograr que Pemex desarrolle 20 campos petroleros en aguas someras y terrestres cada año, y reveló que los contratos para los campos del 2020 ya cuentan con la calendarización de cada proyecto
“Esta estrategia de nuevos campos para 2019 se va a replicar durante todo el sexenio, año con año vamos a desarrollar por lo menos 20 nuevos campos, ya tenemos programadas la firma de los contratos de los próximos 20 campos del 2020”, mencionó.
Fuente: La Razón