MORENOS DESESPERADOS
FRANCISCO CUELLAR CARDONA
En Tamaulipas, está claro, la lucha por la sucesión en el 2022, se dará solo entre el PAN y Morena. Para que el PRI se meta en la lucha, tendrían que pasar muchas cosas: que panistas y morenistas se cayeran, y que surgiera una figura nueva en el priísmo que rompiera esquemas y paradigmas, cosa que se antoja casi imposible, al menos por ahora, por eso está cantado que la batalla por la sucesión será entre PAN y Morena.
El PAN ya trabaja con sus cuadros para el 2022, incluso, para quienes revisan los escenarios futuristas, aseguran que si las cosas siguen como están, los azules podrían seguir en el poder, porque no tienen, hasta ahora, competencia electoral en Tamaulipas.
Los resultados electorales del 2019, en donde ganaron 21 de los 22 distritos electorales, así lo hacen creer, y más cuando Morena como partido a nivel nacional y estatal está convertido en un sainete; es decir, no hay liderazgos que alineen proyectos ni candidaturas, y el Presidente parece haber abandonado a su suerte al partido luego que quienes se disputan la dirigencia nacional, han restado interés a la amenaza de que les quitará las siglas de Morena si no se corrigen.
En Tamaulipas, el partido del Presidente camina sin dirección, y quienes deberían estar trabajando para fortalecerlo, parecen estar decididos a dividirlo aun más, y estos son los mismos aspirantes a ser candidatos a la gubernatura en el 2022. Y lo que es peor, a pesar de su activismo, no han logrado despertar el interés entre las bases morenistas, y tampoco han desarrollado siquiera una estrategia para defender a López Obrador y sus programas de gobierno.
En el Estado, salvo el miércoles pasado que la bancada de Morena en el Congreso del Estado armó una escaramuza para defender los presuntos logros del Presidente, fuera de eso, los aspirantes morenistas no se han preocupado por levantar la voz a favor de su jefe político. Todos andan más preocupados por sumar seguidores que trabajar para la 4T. Y parece ser que la desesperación les está ganando porque aun a pesar de su intenso proselitismo, pocos o nadie voltea a verlos.
En el caso del senador Américo Villarreal Anaya, que sin sonrojarse confiesa ante sus amigos su deseo de ser el candidato de Morena en el 2022, no consigue sumar a nadie. Quienes se acercan a él, aseguran que se ha perdido en las oficinas de la burocracia federal buscando chambitas y delegaciones para sus cuates. Recientemente tuvo una reunión con «empresarios» para hablar de sus proyectos personales y fue muy comentado el hecho que entre ellos estuviera Luis Miguel Fuentes, personaje cuestionado, y muy ligado a la ex alcaldesa Leticia Salazar, quien sigue con cuentas pendientes con el gobierno de los vientos del cambio. Américo, dicen en Morena, no crece.
Otro ejemplo es Rodolfo González Valderrama, Director de Radio, Televisión y Cinematografía de la 4T. Su deseo de participar en el 2022 se sabe por sus escasos amigos que lo promueven. Hace días estuvo por la frontera y su visita pasó de noche. Nadie lo conoce y pocos saben que es hombre cercano a López Obrador. Contrasta con el activismo del reynosense Héctor Garza González, El Guasón, que se pasea por todas las escuelas promoviendo la Reforma Educativa, pero no logra amarrar aún nada, menos que lo tomen en serio los grupos.
En Tamaulipas, el gobierno de AMLO no se ve, ni se siente, porque sus representantes hacen todo menos defenderlo, y así como están las cosas, Morena y sus aspirantes no pueden darle la pelea al PAN en el 2022. Lo más lamentable es que López Obrador lo sabe, y está decepcionado de sus amigos tamaulipecos que no hacen nada por él.
Fuente: Expreso.press