Columnas

MELHEM NO LA TIENE FÁCIL

FRANCISCO CUELLAR CARDONA

Ante su inminente llegada a la dirigencia estatal del PRI, Edgar Melhem es un político priista que pocos le pueden poner peros. Se ha formado en la trinchera. Ha estado abajo y arriba, y conoce como pocos lo que necesita su partido para volver a ser un atractivo electoral. 

Nunca, en muchos años, llega a la dirigencia estatal de este partido, alguien que reúne tantos requisitos y méritos para ser. En el priismo de los dedazos, imposiciones, y conductas autoritarias, nunca se había dado un proceso para que llegara alguien que lo mereciera tanto como Melhem porque siempre llegaban los cuates, los compadres y los cómplices del gobernador en turno o del líder nacional, aunque fueron ilustres desconocidos.

En el priismo auténtico, entre los que todavía se mantienen fieles a la causa y sueñan con volver por sus fueros, se respira un ambiente relajado y de conformidad. Por primera vez en muchos años, tomará las riendas del partido, alguien que sabe y le entiende al trabajo partidista. 

El riobravense sabe como pocos lo que hay qué hacer para volver a poner al partido y a la militancia en el protagonismo electoral.

En los hechos, pareciera que Edgar Melhem la tiene fácil, porque él sí sabe lo que se tiene que hacer. ¡Pero cuidado!. El reto es extraordinariamente complejo, porque las expectativas son enormes. Por sus prendas, por su historia y su trayectoria, cualquiera puede pensar que Melhem le volverá la vida al PRI, y lo regresará al poder, y que quienes se fueron, regresaran porque confíen en él y su oficio le permitirá tejer una reconstrucción total del partido. 

Generar expectativas en política, es altamente riesgoso y peligroso, porque si no se cumplen, vienen las desgracias. Sobran ejemplos para echar abajo esta afirmación. 

¿Cómo le va hacer Edgar Melhem para no defraudar a todos los que hoy dan gracias a que él haya sido el elegido?. ¿Cual va a ser su relación con el poder estatal?. ¿lo van a dejar que opere políticamente en el Estado?. ¿Tendrá el apoyo económico y político de Alejandro Moreno); su referencia inmediata son los ex líderes Sergio Guajardo Maldonado y Yahleel Abdala, y está obligado a mejorar lo que hicieron, que en los números, fue nada. 

El PRI no es un partido muerto en Tamaulipas, aunque los cifras de las últimas tres elecciones parecen decir lo contrario, ¿cómo revivir a un muerto o qué hacer cuando alguien está en fase terminal de una enfermedad incurable?. El PRI hoy no tiene dinero, que ha sido su motor para caminar y ganar. El PRI no tiene un gobernador que lo guíe. Sus principales activos que eran sus operadores, se fueron y trabajan ahora para otros partidos.

Si Edgar Melhem recupera el protagonismo del partido en el 2021, puede convertirse en el líder que necesita su partido en Tamaulipas para reconstruir su futuro pues no hay ni existen figuras rescatables.

La reputación de Melhem, está muy elevada, y si falla, puede perder todo lo que ha construido por años. No la tiene fácil. 

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