¿ES O NO ES, NARCOTERRORISMO?
FRANCISCO CUÉLLAR CARDONA
Cualquier persona que vive en México, y que ha sufrido de cerca, incluso ha sido víctima de la violencia y la delincuencia, no lo va a pensar dos veces en afirmar en positivo cuando le pregunten si las bandas del crimen actúan como «narcoterroristas».
La delincuencia en México, y en Estados tradicionalmente violentos como Tamaulipas, Michoacán, Sinaloa o Veracruz, utiliza el terror como método para someter a sus adversarios, sembrar el pánico entre la población y mandar mensajes amenazantes al gobierno en sus tres niveles. Quien no quiere verlo así, o vive en otra dimensión, o quiere tapar el sol con un dedo.
La delincuencia en México mata, secuestra, desaparece a niños, jóvenes y adultos; coloca y hace explotar «cochesbomba», realiza sabotajes, roba autos y los quema, y bloquea calles para crear psicosis en la sociedad. ¿Cómo se le llama a todo eso?.
México siempre le ha tenido pavor a la palabra «terrorismo», práctica violenta que se ha vuelto común tras la guerra declarada al crimen, y que la población en todo el territorio nacional la sufre y padece, sin que el gobierno en sus tres niveles puede garantizarle paz y tranquilidad.
El tema lo puso en la agenda el gobernador tamaulipeco, Francisco García Cabeza de Vaca luego de los hechos violentos ocurridos en Nuevo Laredo, pero el propio Presidente López Obrador minimizó y hasta satanizó el tema.
Este fin de semana la familia LeBarón, tras los trágicos eventos ocurridos en las inmediaciones de los Estados de Sonora y Chihuahua, donde asesinaron y calcinaron a nueve personas, entre ellas seis menores, enviaron una carta al presidente Trump para que declare a los cárteles mexicanos como «narcoterroristas». El hecho incomodó tanto al gobierno de la 4T que el presidente le ordenó a Marcelo Ebrard en La Mañanera de este lunes a que descalificara la carta de los LeBarón, pues aseguró que admitirlo daría pie a acciones intervencionistas de parte de los Estados Unidos.
El asunto del «narcoterrorismo» se ha manoseado tanto que cada quien lo ve, según su conveniencia. El mismo canciller Ebrard, que hoy le da escalofrío y se desgarra las vestiduras diciendo que los grupos criminales en México no pueden ser terroristas, el 4 de agosto pasado tras el ataque en El Paso, Texas en donde un murieron 17 personas, 8 de ellas mexicanas, declaró que el gobierno mexicano presentaría una denuncia por terrorismo en contra de mexicanos en Estados Unidos. Así lo dijo:
«Consideramos este acto como un acto de terrorismo en contra de la comunidad méxico-norteamericana y de los nacionales de México en Estados Unidos».
¿Entonces?. ¿Cual es la diferencia entre los hechos del Paso, Taxas, con lo ocurrido en Chihuahua, Culiacán y Nuevo Laredo?. Acá también se masacró a una familia y a niños, y se usaron a civiles como escudos humanos.
El asunto es que en Palacio Nacional andan bastante preocupados con el tema, y más por que el próximo 2 de diciembre, la familia LeBarón será recibida por AMLO para recibir las condolencias y una explicación de lo que pasó en Chihuahua. Y en Estados Unidos, en el escritorio del Presidente Trump ya está puesto el tema del «narcoterrorismo» y temen que mandatario gringo en sus alucinaciones y arranques mediáticos proselitistas le da la razón a los LeBarón.
En cuanto a Tamaulipas, en el mismo gabinete lopezobradorista han dado la instrucción para ponerle marcación personal a las declaraciones del gobernador para minimizarlas o revertirlas. Quieren a como de lugar, sacar de la agenda nacional el espinoso tema del «narcoterrorismo».
Lo que sí es cierto es que el gobierno no puede con las bandas del crimen, y tampoco quiere reconocerlo, pues hacerlo, se les compararía o catalogaría igual que los gobiernos calderonistas o peñanietistas. No la tienen fácil.
Fuente: Expreso.press