Política

Los “likes” no son votos

En este ciclo de campañas políticas, nadie está a salvo de toparse con un candidato o candidata, pese a la pandemia, están por todos lados, andan desatados gastando suela y sudando camisa, se les ha visto en su trajinar hasta bajo la lluvia o los inclementes rayos del sol, en los cruceros, las plazas, colonias y sobre todo en las redes sociales donde la saturación de los personajes de la política es tanta, que ya cansa, y es que a mitad de la jornada proselitista no se nota que alguno tenga propuestas serias y realistas para responder a las demandas ciudadanas. Nadie trae nada en su morral.
Pura faramalla en una elección histórica, que por vez primera tiene la mitad de las candidaturas en manos de las mujeres, que es inédita, con reglamentos más estrictos para la fiscalización del dinero y las conductas personales de cada candidato, nunca como ahora con tantos partidos y tantísimas caras, viejas y conocidas, resulta que casi todas las propuestas, son vanas.
Como personajes de comedia o de oropel, se vuelven “influencers” y desde sus propias cuentas lanzan ocurrencias para volverse tendencia, ser virales aunque sea solo por unas horas y por cualquier tontería, nos quieren matar de risa y no dan tregua a la seriedad, unos lanzan metadas de madre a los automovilistas y otros bailan, cantan, cuentan chistes e improvisan actuaciones artísticas para buscar empatía ciudadana y alcanzar muchos “likes”.
El problema de las redes sociales, es que son un espejismo y la fama que ahí se adquiere es efímera y volátil, basta con que otro candidato haga un “challenge” mejor o peor, para sacar de escena a cualquiera y comenzar a visualizar la ocurrencia más nueva. Los “likes” no son votos.
Los muchos “me gusta” o “retuits” y envíos de mensajería no reflejan la intención del voto, si acaso son una fotografía del momento chusco que se registra en todas las campañas, es pura diversión y chunga.
La guerra de chistes y chimes que se traen como competencia política, sólo se pone más tensa cuando interviene el presidente, qué,
sin empacho alguno acepta que sí, que está metiendo las manos en esta elección, porque tiene que haber orden, lo malo es que arremete solo contra periodistas y opositores que no son afines a su proyecto.
En la “spotiza” que nos están poniendo todo el día por radio y televisión, tampoco son muy creativos los estrategas de las campañas, colocan en sus mensajes cada chuscada, que nos vuelven a hacer reír, pero la risa se nos acaba pronto, al reflexionar sobre en manos
de quien pondremos al país, si todos andan jugándole al enmascarado, al animador de bodas, al ser motivacional que todo comprende, al amigo raza, casi compadre, que suda y sufre lo que cualquier mortal ciudadano, que no tiene agua, calles pavimentadas, menos seguridad pública.
Lo que nos muestran, hasta hoy, los actores en las campañas políticas, es que son aptos para un concurso, pero para ver quien tiene menos talento, todos peleando por un sueño, sin dejar las frivolidades, ni detenerse un momento a replantear sus mensajes y entender con seriedad el momento complejo que vive toda la sociedad, ya sea por la pandemia, las crisis económicas y sociales que derivan de ella y por el entorno político que está más revuelto que nunca, más violento que antes. Su algarabía ya no contagia, su relajo no ayuda ni tantito a formarnos una idea de cómo sabrán gobernar, si no saben comportarse a la altura de este tiempo.
Lo peor es que todo el “show” que escenifican en sus presentaciones físicas o virtuales, esta pagado por las prerrogativas
de sus partidos, que no es otra cosa que el dinero nuestro, las aportaciones del ciudadano común que van a parar a los bolsillos del candidato, que lo tira en su comedia voluntaria. Ya siéntense señores o pónganse a trabajar en serio en la promoción del voto, como les corresponde.

POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE

Notas relacionadas

Botón volver arriba