Reelección no, ¿prolongación de mandato…?
JOAQUÍN LÓPEZ-DÓRIGA
Hay silencios que, ensordecedores, retumban. Florestán Nunca en un sexenio se había hablado con tanta anticipación e intensidad de la reelección presidencial. Tras el callismo, el siguiente presidente del que se habló del tema fue Miguel Alemán Valdés (1946-52), aunque los promotores eran sus más y beneficiados amigos. Adolfo Ruiz Cortines (1952-58) por su edad jamás lo vio y tampoco Adolfo López Mateos (1958-64) por su enfermedad terminal. Gustavo Díaz Ordaz (1964-70) contaba los días, más no así Luis Echeverría (1970-76), que acarició el proyecto. José López Portillo (1976-82), agobiado por la crisis económica y desgaste político y personal, solo quería irse, sumido el país en una terrible crisis económica, con la banca expropiada, un control cambiario y él con un desgaste personal, moral y político. Miguel de la Madrid (1982-88) jamás cayó en ese canto de las sirenas sexenales. Carlos Salinas (1988-94) pensó en que Luis Donaldo Colosio reformaría la Constitución para permitir la reelección no inmediata. Pero la bala disparada en Lomas Taurinas, en marzo de 1994, mató al sonorense y al sueño. De Ernesto Zedillo (1994-2000), ni hablar. De Vicente Fox (2000-06) solo se conoció el proyecto de su esposa Marta Sahagún, al que renunció públicamente. De Felipe Calderón (2006-12), nada y de Enrique Peña Nieto (2012-18), menos. De hecho le reprochan que se haya ido antes, tras la derrota del 1 de julio del año pasado.
El caso del presidente Andrés Manuel López Obrador es diferente al menos en la percepción y su amplio apoyo social, al punto de no solo reiterar en cada oportunidad que no se reelegirá, sino que hasta firmó un compromiso notarial de que no se reelegiría, expresión extrema, pues desde que protestó guardar y hacer guardar la Constitución, que prohíbe la reelección, estaba descontada.
El punto es que, formalmente, una cosa es no reelegirse, y otra ampliar un mandato, que es lo que se interpreta en el proyecto Bonilla en Baja California, del que habiéndose deslindado el Presidente, no lo ha sido con la fuerza suficiente que lo desmarque del todo. Pero hay tiempo. Espero y quiero confiar. RETALES 1. MANIOBRA. Si en las elecciones de Baja California participó 28 por ciento del padrón, la participación en la consulta patito de Morena para ampliar su mandato apenas fue 1.6 por ciento del padrón y con eso Jaime Bonilla y Morena quieren violentar la Constitución; 2. LEY. Se impuso la justicia y un juez de Guanajuato condenó a 60 años de cárcel al secuestrador y ex guerrillero comandante Emilio, autor de los grandes secuestros en El Bajío; y 3. MASACRE. Criminales mataron en Michoacán a 14 policías y dejaron a otros siete heridos. A estos asesinos ni zapes, ni fuchis, ni guácalas. La ley toda la ley.
No entienden de otro modo. ¿O el gobierno va a seguir la estrategia de abrazos no balazos?.
Nos vemos mañana, pero en privado
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