La soledad de los estudiantes
CARLOS PUIG
Hace poco más de 25 años, por iniciativa de Kate Doyle, investigadora del National Security Archive de George Washington University, visitamos a don Julio Scherer en sus oficinas en Proceso. La propuesta era sencilla: con un poco de dinero de la revista y un tanto más de la universidad se podría iniciar el proyecto México para desclasificar miles de documentos que el gobierno estadunidense tenía de etapas clave de la historia mexicana. Don Julio tardó segundos en decir que sí, Kate trabaja desde entonces en el proyecto que ha encontrado nuevos aliados y temas.
Los resultados de esta maravilla de trabajo, incluidos muchos de los documentos, están aquí (https://bit.ly/2onbAuM). Hoy, como cada año, pero tal vez más este año, escucharemos a no sé cuántos actores de la vida pública hablar sobre el movimiento, incluidos algunos que ya andaban por ahí. En esos documentos confidenciales hay uno de finales de octubre de 1968 que quiero citar hoy, de la embajada al Departamento de Estado, porque creo que en mucho acierta: “Tal vez la conclusión más importante hasta ahora es que el sistema político y social se ha mantenido sólido frente a la protesta estudiantil.
A pesar del intenso esfuerzo de los estudiantes, sus volanteos y brigadas queriendo conseguir apoyo, el liderazgo campesino y obrero se ha mantenido firme detrás del gobierno y la erosión en el liderazgo gubernamental ha sido insignificante. Con la evidencia a la mano es difícil ver a estos sectores del lado del descontento. Del mismo modo, los sectores urbanos pobres se mantuvieron lejos de los estudiantes.
Hubo evidencia de algún apoyo en la clase media pero no estaba ni organizada ni era de tamaño considerable. Las clases altas, la comunidad financiera, de negocios e industrial estuvieron detrás del gobierno. Y finalmente, la policía y el Ejército no mostraron signo alguno de duda en su lealtad. Aunque algunos de los estudiantes más extremistas hablaron de revolución, hoy se puede preguntar: ¿Si esto es una revolución?¿Quién la hace? Los estudiantes, solos, no tienen la fuerza en México para amenazar en serio la estabilidad del gobierno”.
Muchos de los que hoy se pongan, compungidos, la camiseta de los estudiantes, podrían explicarnos dónde estaban hace medio siglo.
@puigcarlos