Opinión con sentido

El turno de Santiago Nieto

CARLOS PUIG

Primero un texto periodístico de Salvador García Soto y después la confirmación del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, Santiago Nieto, de que sí se le estaba investigando por irregularidades en sus finanzas personales han acabado con la carrera pública de Eduardo Medina Mora.

Después de la renuncia del ministro a su lugar en la Suprema Corte, Nieto insinuó que Medina Mora había operado recientemente para “proteger” a miembros del gobierno anterior.

Las acusaciones son gravísimas. Con un detalle no menor. Nada está probado. Del dinero y las transferencias, Medina Mora dio una larga explicación en una carta después de la publicación de la columna.

La decisión en la Corte que molesta a Nieto fue aprobada con el voto unánime de los otros ministros de la segunda sala, la acusación, pues, es contra cuatro ministros más, todos, supuestamente, operando para “proteger” delincuentes.

Eduardo Medina Mora fue director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional del año 2000 al año 2005. Después fue secretario de Seguridad Pública, y entre 2006 y 2009 fue procurador general de la República. Resumo: durante nueve años, el señor Medina Mora estuvo al frente de las tres instituciones fundamentales para contrarrestar el crimen organizado en México. Le faltó ser general secretario.

A finales de 2009, cuando Medina Mora dejó la PGR, México estaba sumido en una crisis de violencia e inseguridad, producto del crimen organizado más grave de su historia. Eso no era culpa de Medina Mora, por supuesto, pero también es igual de cierto que él había ocupado esos puestos. Después fue embajador en Londres y en Washington y desde hace unos años ministro de la Suprema Corte de Justicia.

Si ahora resulta que alguien con esa trayectoria es corrupto y tiene el poder para lograr votos que protejan a delincuentes, sería la nota del siglo. Hasta hoy tenemos columnas periodísticas y declaraciones de la autoridad. Y eso no es justicia. No es combate a la impunidad y la corrupción. Es eso ruido. Que, si no se prueba ante un juez, olería, apestaría a venganza.

A politiquería. Toca el turno a Santiago Nieto de probar, por la vía institucional, que no es así. Y si no lo hace, pues sabremos de qué se trataba. 

@puigcarlos

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