El ridículo del Alcalde Rivas Cuéllar
Por: Felipe Martínez Chavez
Los comentarios del mundillo político giran en torno a los alcaldes que fueron a pedir audiencia con el Presidente López Obrador y, al violentar sus exigencias, fueron gaseados por elementos de seguridad de Palacio Nacional.
Había tamaulipecos, entre ellos Enrique Rivas Cuéllar, de Nuevo Laredo ¿qué demonios tenía qué hacer ahí?. Le pudieron haber dado un mal golpe.
¿De dónde le salió lo valiente? Sabemos que en enero del 2018, durante la contingencia de una balacera, en un parque público, huyó arrastrándose hasta su camioneta blindada.
Tiene todo el derecho del mundo a pedir por sus representados, pero Nuevo Laredo tiene uno de los presupuestos más altos de los municipios de México, en concreto tres mil 17 millones de pesos para el ejercicio 2019.
Para darnos una idea, ejerce más que el ayuntamiento “más rico” del país, San Pedro Garza García, N. L., que en el presente año presupuestó dos mil 869 millones.
La coincidencia es que no valía la pena correr riesgos por algo que el neolaredense no siente ni es su convicción ¿acaso futurismo político? Sin duda. Acababa de asistir a una reunión de la Asociación Nacional de Alcaldes, la ANAC, en la que participó como vicepresidente.
Dicha agrupación les aclaró que, el próximo uno de noviembre, vence el plazo para que presenten proyectos para la realización de obras con lana federal. La Cámara de Diputados, vía Internet, sigue recibiendo los papeles.
De los ingresos de este año para Nuevo Laredo, dos mil 500 provienen del gobierno federal, independientemente de participaciones de CAPUFE, cruces internacionales e ingresos aduaneros.
En comparación con otros municipios tamaholipecos, Reynosa, con más habitantes y por tanto más requerimientos, dispone de dos mil 21 millones.
Definitivo que no valía la pena Don Enrique, correr esos riesgos. Es mejor utilizar los conductos ordinarios y no la protesta callejera con (según las imágenes difundidas) mantas, pancartas y cohetones ¿no le parece?. Dejó muy preocupados a los habitantes de su municipio.
Y es que, por la mañana, el propio Rivas subió a sus cuentas de redes: “En este momento me encuentro en Palacio Nacional junto a más de 300 alcaldes del país exigiendo al Gobierno Federal que no se recorte el presupuesto municipal y defendiendo a Nuevo Laredo”.
Un consejo: Ya no le ande haciendo al mártir, o al ridículo.
Si cambiamos de tema, mire que el dirigente formal de la FSTSE, Joel Ayala Almeida, salió más listo que todos los dinosaurios de organizaciones sindicales, ahora en riesgo de caer por las acciones de la Cuarta Transformación.
En una acción audaz y sorprendente renunció al PRI, el partido que lo empoderó y enriqueció por 40 años, pero no al cacicazgo del gremio. Se despoja de una camiseta y toma otra con tal de salvar el pellejo y seguir con sus privilegios.
Más listo que Romero Deschamps, Elba Esther Gordillo, Carlos Jonguitud Barrios y hasta Joaquín “La Quina” Hernández Galicia por hablar de los defenestrados en las últimas administraciones federales. Es un genio el tipo ¿se lo creerán los operadores pejistas?.
Para acabarla, ahora quiere formar una asociación política, un partido propio.
Si trasladamos el hecho a Tamaulipas ¿qué puede suceder?. Nada por lo pronto, la organización ha venido a menos en los últimos años. Ya no alcanza ni una regiduría.
La última diputación local “de partido” fue para Nancy Delgado Nolazco, también ex regidora en la capital cueruda.
Si las huestes ahora comandadas por Maribel González Arredondo, desde la oscuridad de los sótanos del 20 Aldama y Mina abandonan al tricolor y forman su propio partido, nada alterará la situación de los predominantes: El PAN a la cabeza, seguido por Morena y el tricolor.
Lo que puede suceder, ya, es que la dirigencia que preside González renuncie al tricolor local con la gente de los poco más de 30 sindicatos que representa (algunos fantasmas).
A corto y mediano plazo tampoco se avizoran cambios, no obstante que, para el 2021, entrarán al juego nuevos partidos como el de la propia Gordillo –el nuevo- y el del SNTE formal que ya casi reúnen los requisitos.
En ese proceso de poner sus barbas a remojar, ya solo falta que, en los siguientes días, renuncien al Revolucionario elementos como Esdras Romero Vega, el cacique de la sección 1 del STPRM y se den de alta en Morena o el partido de la 4T que está en formación.
Por cierto, el “superdelegado” federal en esta tierra, JR Gómez Leal ¿ya escucharía la advertencia de López Obrador de que no se meta en Morena?. Dijo que se los diría muy claro –en reunión de este mismo martes-, que no quiere un partido de estado.
Sobre el tema, es conocido que, en las asambleas distritales morenistas para renovar consejos, los jefes de programas sociales metieron manos y pies para tratar de controlar los órganos de dirección ¿lo sabrá López? Alguien le debe decir que aquí tienen doble función: Son funcionarios y dirigentes.
Da la impresión que el Presidente es sincero cuando habla que está fuera de la agrupación que formó. Sugirió que la renovación del comité se hiciera por medio de una encuesta “pero no me hicieron caso”.
Que en 2020 habrá nacionalización de “autos chuecos”, lo cual generará dos vertientes de beneficios: El manejo político y los ingresos económicos.
Lo primero será explotado por el partido en el poder para ratificar o alcanzar más seguidores; con lo segundo ganarán los gobiernos estatales en el emplacado de las unidades.
Bueno, la pregunta es si las organizaciones que venden placas de cartón ¿seguirán en el negocio?. Van cinco regularizaciones de “chuecos” y el problema continúa.
Bastar recordar que, en marzo de 1994 se apareció por primera vez la Unión Campesina Democrática (UCD). Sus líderes llegaron en avión y se hospedaron en uno de los mejores hoteles de la capital. Venían de San Luis Potosí formando grupos y NOMBRANDO Gerentes regionales.
Comenzaron a cobrar por “enlistar” unidades en proceso de nacionalización. Es tiempo que siguen haciendo lo mismo.
Pareciera que en Tamaulipas circulan más vehículos “chocolates” que nacionales ¿se acabará el problema? Está cañón. Luego abundaremos.
Fuente: La Región Tamaulipas