Más allá de aceptar el grave error en la instrumentación para detener a un capo del nivel de Ovidio Guzmán, el Obispo de Victoria Antonio González Sánchez, considera “Tonto y ridículo”, “el pretexto” que antepone el Presidente López Obrador en el caso Culiacán, cuyo resultado hubiera sido, literalmente, una masacre, de mantener el gobierno federal su decisión de retener a toda costa al hijo del tristemente célebre “Chapo” Guzmán. No extraña para nada el antipejismo del prelado católico, toda vez que, en aras del derecho que le corresponde como ciudadano, disiente de las políticas de gobierno y no pierde oportunidad para declarar en contra de la 4T; pero lo que sí extraña es, que de manera directa el sacerdote alienta el hecho de no haber impuesto la ley, sin importarle la vida o mejor dicho, las muertes de uno u otro bando; lo anterior resulta muy lamentable, si consideramos que como “representante” de Dios en la tierra, el señor debiera privilegiar la vida como valor supremo; pobre, muy pobre la escala de valores éticos, morales y religiosos de quien debiera ser ejemplo de piedad, humildad y amor por sus semejantes.
Desconocemos el momento y el nivel de conciencia que haya tenido el Obispo católico al momento de hacer tan desafortunada declaración y presumiendo que la misma hubiera sido realizada en un nivel de …. digamos …. ¿ inconsciencia etílica …? Solo así lo justificaríamos, por “el vino de consagrar” algo fuerte al que es afecto el prelado. Malo, muy malo, que valiéndose del posicionamiento que le otorga la Iglesia Católica, el Obispo utilice el espacio en los medios de continuación para estimular el rechazo hacia una autoridad, cuando su deber conlleva implícita la tarea de alentar la unidad, el amor y LA PAZ, entre los seres humanos; misión que de manera lamentable está muy lejos de realizar don Antonio González … ¿ No cree usted ..?.
