Carlos Puig
Después de una intensa presión de la mayoría de sus diputados, la demócrata líder de la Cámara de Representantes en Estados Unidos, Nancy Pelosi, anunció ayer el inicio de un procedimiento de juicio político (impeachment) contra el presidente Donald Trump. El motivo: la revelación del Washington Post de que un miembro de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos había revelado al órgano de control de su dependencia que Trump había pedido al entonces presidente electo, hoy presidente en funciones de Ucrania, que investigara a fondo las actividades del hijo de Joe Biden, ex vicepresidente y hoy aspirante a la candidatura a la Presidencia de Estados Unidos. Una segunda revelación indica que Trump habría detenido ayuda económica a Ucrania, a pesar de que había sido aprobada por el Congreso y en la que la Casa Blanca había estado de acuerdo, hasta que no. Trump ha confirmado la llamada y que se habló de Biden —ayer dijo que hará pública la transcripción—, pero dice que no pidió nada y da otras razones para haber detenido el dinero. Será un proceso largo y complicado. Y la pregunta hoy para Estados Unidos es si, aun conociendo que es virtualmente imposible que el senado bajo control republicano saque a Trump de la Casa Blanca, la decisión de Pelosi, en los hechos, no fortalece al presidente rumbo a la próxima elección. Trump ha comenzado a hacer esa lógica: como no me pueden ganar la elección, me quieren sacar con estas tonterías falsas. La base electoral trumpiana reaccionará. Pero lo que nos debe ocupar en México es cómo afecta esta nueva guerra entre Trump y los representantes demócratas a México. Hay una y es obvia: si ya se veía complicado que Pelosi y su bancada le regalaran a Trump un triunfo en tiempos electorales, como lo sería la ratificación del nuevo tratado comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, bajo estas condiciones políticas parece más bien imposible. En un momento en que se necesita inversión privada, la incertidumbre sobre las reglas comerciales con el mayor socio comercial mexicano no ayuda a las empresas a tomar decisiones. Y después de lo que pasó ayer en Washington, no se ve para cuándo. Malas noticias, pues para México, la guerra que ayer comenzó en Washington.
@puigcarlos
