Hacen “negociazo” con discapacitados en Matamoros
Para no pocas personas en la ciudad de Matamoros, el dolor, el sufrimiento y la desgracia de niños, adolescentes, jóvenes y adultos mayores son el pretexto ideal y el medio más rentable para sostenerse, lucrar y beneficiarse.
Amparados por la apatía y la falta de atención y vigilancia, en cruceros y puentes internacionales, desde personas invidentes y con diversas discapacidades no acompañados hasta familias que llevan a niños y adolescentes incapacitados o con enfermedades, lucran y los exponen entre los carros, en las calles.
“Es un negociazo”
Sin protección y asistencia alguna, las condiciones desfavorables en las que están desde menores de edad hasta adultos mayores abandonados al peligro y los riesgos en las calles son la fuente de ingresos, que a muchos les generan ganancias que para no pocos trabajadores serían envidiables.
Utilizar a una persona enferma o discapacitada para pedir dinero “es un negociazo” para muchos en las calles y puentes internacionales, en donde llegan a recaudar hasta 1,000 pesos diarios, reveló el director de la Asociación de Personas con Limitaciones Físicas (Aspelifi, A.C.), José Luis Caudillo Robles.
Hasta mil pesos en un solo día
“Nada más de lo que piden les dan desde 400 hasta 1,000 pesos diarios”, precisó.
Comentó que una persona a la que le ofrecieron ayuda en esta asociación le especificó que esas son las ganancias que pueden obtener en un día en la calle.
Solo en la avenida Álvaro Obregón, de pie y entre las dos líneas de carros, casi a diario, desde los días de calor más extremo hasta en los días de lluvia, dejan a una persona invidente, quien sin moverse solo extiende sus brazos para aproximar a las ventanas de los carros un bote de lámina para que le depositen alguna moneda; él no es el único invidente, con frecuencia un adulto mayor con barba y cabello blanco, apoyado de un bastón, también lo dejan para pedir dinero.
Recaudan dinero que no pueden contar
De un extremo a otro, también en esta avenida, todos los días una persona con discapacidad física en sus piernas y brazos, sin poder hablar, hace un esfuerzo difícil para caminar y acercarse a los carros en medio de las dos formaciones para tocar los vidrios y pedir y recibir monedas, y en ocasiones billetes, que no puede contar, dinero, que después de un varios intentos y dificultades logra guardar en uno de sus bolsillos del pantalón.
También sin ningún impedimento, en la avenida Álvaro Obregón, una mujer lleva a una adolescentes con discapacidad para que pida dinero entre los carros; en donde también, para un hombre con una niña enferma en sus brazos ya se convirtió esta calle, desde hace más de un año, en su lugar de “trabajo”.
Además, en la primera plaza, al pasar por el portón para ingresar a las instalaciones federales del Puente Internacional “Puerta México” es el sitio ideal para abandonar a un adulto mayor en una silla de ruedas con un teclado eléctrico arruinado, quien en condiciones difíciles hace un esfuerzo para pedir una moneda a las personas que pasan.
Les ofrecen trabajo y prefieren la calle
A las personas discapacitadas a las que utilizan para lucrar, también hay otras personas, que desde sus sillas de ruedas y muletas, están en condiciones menos desfavorables, llegan por sí mismos y acuden con frecuencia para pedir dinero.
“Nosotros como asociación hemos invitado a las personas que nos encontramos en los cruceros a que se acerquen a la asociación para que reciban algún apoyo, inclusive los hemos invitado porque hay personas que pueden realizar algún trabajo, alguna labor y puede ser remunerado y prefieren estar en los cruceros, estar en los puentes internacionales que hacer algún trabajo en alguna parte”, dijo el director de Aspelifi, A.C.
Caudillo Robles, comentó también que, en no pocos casos a personas con discapacidad “se les consigue apoyo, se les consigue ayuda; muchas veces lo que pasa es que el familiar es el que no deja que uno como asociación se acerque a esas personas, porque si lo hacen de manera lucrativa, se benefician de ellos”.
Difícil acceso a la salud
Especificó que en Aspelifi, A.C., atienden entre 25 y 35 personas con diferentes discapacidades, desde las que tienen alguna de nacimiento hasta otras a consecuencia de algún accidente.
“Tenemos personas con discapacidades por accidentes, daño de la columna, comuna bífida, malformaciones, polio muy avanzado que no se atendieron a tiempo y que ya no pueden caminar, entre otros; la mayoría no tiene seguridad social, algunos tienen Seguro Popular, pero es igual, si se batalla mucho para acceder a ese tipo de terapias, o definitivamente no hay”, dijo el director de Aspelifi.
Fuente: El Bravo