Estado

Reclusas del estado con violencia y prostitución

La Comisión Nacional de Derechos Humanos dice que en Nuevo Laredo, Matamoros, Reynosa y Victoria hay también hacinamiento, autogobierno, cuotas y privilegios.

CRISTINA GÓMEZ
07/04/2015 07:56 AM
Tampico
Maltrato reflejado en golpes, amenazas, humillaciones y discriminación viven las mujeres recluidas en los penales de Tamaulipas, donde también se observó hacinamiento, prostitución, autogobierno, cuotas y privilegios, reveló un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

En los centros de ejecución de sanciones de Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa se encontró maltrato a la población femenil, y en los dos últimos hay también práctica de la prostitución.

En el de Victoria se detectó hacinamiento y en los cuatro hay grupos de poder que ejercen el control, vendiendo beneficios y gozando de privilegios.

En Matamoros, se descubrió que una interna realiza cobros por no cumplir sanciones, por una mejor ubicación en el dormitorio y por no realizar labores de limpieza.

Durante el recorrido de la CNDH, una interna fue la encargada de conducir a los visitadores por las instalaciones del área femenil, además, se encarga de controlar el orden y la disciplina.

En Reynosa, personal de seguridad realiza cobros a familiares de internas por el ingreso de alimentos y artículos de aseo personal, y un grupo de internos ejercen el control de diversas actividades y el uso de las áreas comunes en el área de mujeres. Esto último también ocurre en Nuevo Laredo.

En Victoria, existen celdas y baños para uso exclusivo de una interna; se observaron estancias con televisión, frigo bar, aire acondicionado y parrillas eléctricas.

Un grupo de internas realiza cobros por no realizar labores de limpieza, por asignación de una estancia y uso del teléfono. Un interno se encarga de la vigilancia y control de acceso al área de mujeres.

Durante la supervisión, un grupo de internas e internos se encontraban presentes y al pendiente de lo que se contestaba. En los cuatro reclusorios hay deficiencias en la alimentación, pues les dan comida de mala calidad e insuficiente. Además, no se proporciona alimentación especial a los menores que viven con sus madres internas.

Tampoco hay apoyo de guardería y de educación básica a menores. No se les brinda atención médica adecuada, ni a las internas ni a sus hijos. En Matamoros y Nuevo Laredo carecen de ginecólogos y pediatras. En Victoria, de pediatras.

En Reynosa y Nuevo Laredo, comparten los servicios médicos generales del área varonil, los medicamentos son insuficientes y la certificación de integridad física sólo se practica cuando presentan lesiones o refieren dolor. Ninguno cuenta con programas contra las adicciones, ni para el tratamiento de desintoxicación.

En los cuatro centros evaluados, se vio que las mujeres reclusas viven en instalaciones inadecuadas donde la mayoría de las áreas carecen de lavabos, regaderas y depósito de agua en inodoros.

De acuerdo con el reporte de la CNDH, hay malas condiciones generales de mantenimiento y fugas de agua. Las condiciones de higiene son deficientes y hay presencia de fauna nociva como ratas.

El sector femenil carece de áreas con las que sí cuentan los varones, como centro de observación y clasificación, locutorios, cocina, protección, talleres, biblioteca y áreas médicas, entre otras.

Ocurren irregularidades en la imposición de sanciones disciplinarias, pues hay restricción de la visita familiar e íntima en Matamoros, Nuevo Laredo y Victoria. En ningún reclusorio se tienen manuales de procedimientos.

En Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, las mujeres que forman parte del personal de seguridad y custodia es insuficiente, oscilando entre uno y cuatro elementos por turno.

Además de lo anterior, falta capacitación a los servidores públicos adscritos a los centros de reclusión.

En Nuevo Laredo, el encargado del despacho del centro y la responsable de seguridad no han recibido capacitación en materia de derechos humanos y prevención de la tortura.

En Victoria ocurre lo mismo, pero además no hay capacitación sobre uso racional de la fuerza y manejo de conflictos.

Tampoco hay suficiente personal técnico. En los cuatro centros carecen de personal de psicología, criminología, pedagogía, trabajo social, educativo y deportivo.

Otra deficiencia es en cuanto a actividades laborales. El centro de ejecución de sanciones de Nuevo Laredo carece de actividades laborales remuneradas.

En Matamoros y Victoria no se imparten cursos de capacitación para el trabajo y las actividades remuneradas son insuficientes. También hay deficiencias que afectan la comunicación con personas del exterior. En Reynosa, Nuevo Laredo y Victoria, los requisitos para la visita familiar e intima son excesivos o difíciles de cumplir.

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