Columnas

Días de doble moral

VÍCTOR HUGO DURÁN

Ximena García se unió a la lista de personajes salidos del anonimato que ganó fama por una publicación en sus redes sociales, pidiendo “tirar una bomba” en el Zócalo en pleno Grito de la Independencia de México.

La piloto de Interjet, usando en su perfil una foto con la imagen de la empresa, terminó envuelta en una polémica donde no midió las consecuencias. Tuvo que salir a dar el “usted disculpe”, lo cual confirmó que su escrito no tuvo nada de vacile.

Lo cuestionable y que refutó Guillermo Galván, director editorial del portal de noticias sobre aeronáutica “Transponder 1200”, fue su comportamiento que va contra su labor y el mensaje que sí o sí busca la actividad: la seguridad. “Ximena, creo que (el escrito) fue un doble error cometido porque ostentabas el uniforme de la aerolínea y mencionaste un deseo de acción contraria a la seguridad que predicamos y nosotros mismos exigimos”, publicó ayer por la tarde.

Sin embargo, pese al mensaje y la dura reflexión, hubo quienes defendieron la “incitación a la violencia” con la bandera de la “libre expresión”. Personajes panistas y perredistas, sin una constancia, defendieron a la piloto por “una simple broma”.

El asunto es que en estos tiempos la polarización de un lado y otro (porque de los morenos hay muchos casos), la única y real justificación es el trasfondo político, pero es muy fácil la crítica y señalamiento desde un smartphone o PC, que enfrentar a las autoridades. Caso en Tampico está Roberto González Barba, el hombre que el priismo tiene estigmado de arrodillarse a los Vientos de Cambio.

Pide cuentas a diputados federales en Facebook, pero el “abuelito millennial” no tiene el valor de hacerlo cara a cara. O qué decir de la situación en Nuevo Laredo, donde fue la culpa era de “los abrazos y no balazos” y los reclamos de la autoridad estatal fueron duros, pero nadie dijo nada cuando se supo la suspensión de policías estatales por ejecuciones. Ominoso mutismo. Vaya días de doble moral.

Cada quién habla de lo que le conviene, pero cuando le toca su responsabilidad, ahí muere. Para cerrar: hay gente que no asesora bien a Adrián Oseguera. Pelearse con el deporte y sus promotores nunca será bueno. Es crítica constructiva.

Fuente: Milenio

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