Dan tiempo al tiempo
No se por qué, pero si de alguna manera tuviera que definir qué es el tiempo, diría que el tiempo es Dios…
Por la sencilla razón de que Dios y el tiempo han coexistido por siempre y lo seguirán haciendo, son pasado, presente y futuro de todo lo habido y por haber y no se puede concebir el uno sin el otro.
Dios y el tiempo son eternos, no tienen principio ni final, sin la existencia del uno o del otro, no habría nada en el espacio, quizá solo un vacío oscuro sin forma ni sustancia.
Por fortuna, la inteligencia del ser humano ha sabido aprovechar las herramientas que el propio Universo nos proporciona para el manejo del tiempo a favor de nuestra circunstancia de vida, dividiéndolo en siglos, años, meses, días, horas y segundos, como una manera de medirlo en forma adecuada al transcurso de nuestra vida.
Pero en realidad nadie conoce el tiempo, como nadie conoce a Dios, a pesar de que ambos permanecen en nuestras vidas y las rigen de acuerdo a las leyes Divinas y universales; sin embargo, tenemos plena conciencia de que reconocemos en ellos al Padre Dios y al Padre Tiempo.
La existencia de ambos no termina nunca y aunque dicen que el tiempo es inexorable, la verdad es que siempre estará ahí, en la dimensión que le corresponde, viendo pasar los acontecimientos, impasible, inmutable, inamovible.
Y porque existo pienso que Dios es el tiempo mismo, convertido en conciencia espiritual para decirnos que los humanos si somos mortales, pero tenemos la oportunidad de incorporarnos a su eternidad después de la muerte.
Por todo lo anterior, creo que los hombres debemos mantener a Dios y al Tiempo siempre a nuestro favor, con la esperanza de que algún día nos premien con la vida eterna.
Con Dios como guía, nacer a tiempo, vivir con tiempo, llegar a tiempo, no perder el tiempo y siempre ir de la mano del tiempo.
Como decía Renato Leduc, Sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar y desatarse a tiempo, como dice el refrán, dar tiempo al tiempo, que de amor y dolor, se alivia el tiempo.
A algunos el tiempo se les escapa de las manos, lo desperdician, pero pienso que si nos asimos del Padre Dios, algún día seremos como el tiempo: Libres y eternos.
Bueno, eso pienso yo, pero cada quien con sus ideas.
P.D.- “Yo solo sé que no sé nada”: Sócrates.
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