Columnas

La Independencia de México

RODOLFO SALAZAR GONZÁLEZ

Fue en el siglo XVII cuando tuvo lugar la polémica encarnizada entre los historiadores de aquella época…

Respecto a que si los habitantes de América comparados con los europeos eran un “continente impúber” además de ser inferiores a los habitantes de la vieja Europa. La tesis de que el Nuevo Mundo era inferior al viejo, fue un entuerto que indignó a los criollos de la Nueva España, que se ufanaban de ser americanos, más que españoles. Según la apasionada defensa que de nuestro continente realizó el ilustre veracruzano, Francisco Xavier Clavijero.

La élite intelectual de la Nueva España, representada por Clavijero, Márquez y el soberbio e insoportable Lucas Alamán, entre otros, contestaron uno por uno los ataques de los europeos. Contraataque que permitió a la Nueva España mostrarse al mundo y curiosamente descubrirse a sí misma. Sucedió toda una catarsis: Estudiándonos a nosotros mismos para defendernos, nos liberamos.

De la reacción intelectual criolla México gestó principalmente su independencia política. Y entre otras cosas, ganó fama ante un buen número de talentosos europeos. Como Alejandro de Humboldt; (aquel infatigable viajero que a principios del siglo XIX se interesó por el Nuevo Mundo con una curiosidad que se tornó en fascinación, llegando a describirnos como “La Ciudad de los Palacios”); lo que vino a fortalecer el optimismo del criollo por el valor del nacionalismo.

Promoviendo una poderosísima corriente de opinión favorable al Nuevo Mundo, que casi termina con la animadversión que sobre América tenía la Europa imperial. Según estimaciones del propio Barón de Humboldt, en 1810, México tenía aproximadamente siete millones de habitantes. Este fue el México viejo que Miguel Hidalgo movilizó en contra de la Corona Española. Iniciando la Revolución de Independencia (a propósito del Padre de la Patria, les diremos que era un apasionado del teatro. Creando una compañía para montar en escena las obras de Molière. Haciendo eso, conoció a una bellísima aficionada al arte; Josefa Quintana, de quien se enamoró locamente, viviendo con ella un intensísimo romance, procreando dos niñas: Micaela y Josefa) que principió en 1810, México rompe violentamente sus amarres con España, convirtiéndose a partir de ese momento hasta nuestros días, en un país dedicado por largo tiempo a buscar su verdadera personalidad política e identidad nacional.

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