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«Ya paga lo que debes, Miguel Gómez», le reclaman a Diputado electo por Altamira.

MÉXICO BRAVO… Por Alberto Ídem.

Si fuera aprovechado o realmente maquiavélico el encuestador al que, hace un año ya, el diputado local electo por el distrito 18 le encargó hacerle un trabajo de investigación referente a su muy particular posicionamiento en Altamira y Aldama, dicho especialista habría ya colocado anuncios estratégicos justo en todo el territorio que recorrió su personal de campo cuando elaboró la referida tarea, y los letreros dirían más o menos así: «Ya paga lo que debes, Miguel Gómez». Esos avisos no tendrían que ser necesariamente espectaculares, y es más: bastaría con que fueran copias simples en hojas tamaño oficio, como las que ponen cuando buscan a personas extraviadas, pero con, eso sí, la foto de frente, y sonriente, del mencionado político altamirense, quien podría aparecer hasta con saco y corbata, a color.

Apenas terminaron las primeras votaciones concurrentes de Tamaulipas en el verano de 2018, cuando se eligió en esta entidad lo mismo al presidente de la república y congresistas federales que a los alcaldes, Gómez Orta mandó a un experto en manejo de medios y operación política, surgido como él del PRI, a que se buscara quién le hiciera una encuesta en los municipios aldamense y altamirense, toda vez que tenía pensado buscar, en un año, la diputación estatal por ese territorio distrital. El viejo operador político, amigo de Miguel, le sugirió entonces contratar a Gustavo Pérez Rocha, quien aparte de ser un profesional de la estadística, geografía e informática con trayectoria superior a dos décadas, lleva ya la mitad de ese tiempo ofreciendo también sus servicios como encuestador, para lo que dispone de todo un equipo de visitadores y una logística con cartografía que ni las firmas más caras de Tamaulipas llegan a tener. Pero Pérez Rocha no se vende caro ni hace ese tipo de trabajo. «Yo no les digo a mis clientes lo que quieren oír, sino que les revelo lo que necesitan saber, la información real, la que está a nivel de piso», me cuenta él mismo.

Antes de las ahora históricas elecciones del año 2018, Pérez Rocha fue contratado por el entonces alcalde maderense, José Andrés Zorrilla Moreno, esto a sugerencia del que a la sazón era secretario de la Comuna y se convirtió en presidente municipal en funciones, «Fito», y el encuestador le reveló, a un par de semanas de la votación, que había focos rojos, dado que se hallaban en empate técnico él y su adversario Adrián Oseguera Kernion, y en cuestión de estadísticas, ante un escenario así, era más probable una derrota que un triunfo para quien había iniciado con los números a su favor. Zorrilla se ofuscó y no quiso atender los consejos de Pérez Rocha, de hecho ya ni le concedió audiencia: pidió a Adolfo que le pagara lo que se le debía y siguió sin corregir el paso, con la consabida derrota de junio. Enojado y todo, pero por lo menos Zorrilla le pagó a Gustavo.

En diciembre de 2018 Pérez Rocha me contó, bastante apurado, que se hallaba precisamente en eso: en apuros, porque Miguel Gómez Orta le debía más de 50 mil pesos por el ya explicado trabajo profesional para el cual lo contrató en octubre, y que él, por su parte, le estaba quedando mal a todo su personal, con todo y que ya había puesto de su propio pecunio para pagarles una parte. Me preguntó si lo conocía y me comprometí a hacer algo por él: Gustavo es amigo mío desde la secundaria, ya que íbamos en el mismo salón. Así que contacté al diputado y lo puse al tanto de los apuros de Pérez Rocha, y de todo lo que me había contado. Al día siguiente, el encuestador me llamó muy contento, asegurándome que el enlace de Gómez Orta, el viejo operador aludido líneas arriba, se había comprometido, a nombre del que luego sería candidato a legislador, a pagarle una parte de lo adeudado. Le dieron diez mil pesos, con los que pudo calmar un poco su tempestad económica, y pasados varios meses, ya en 2019, le «abonaron» otra parte.

Hace unos días, Gustavo Pérez Rocha me volvió a llamar algo angustiado para contarme que estaba nuevamente en apuros económicos, ya que un hermano suyo sufrió un accidente: es electricista, cayó de lo alto de un poste y sufrió fracturas, así que se halla hospitalizado. «¿Podrías contactar a Miguel?», me preguntó. «Fíjate que ahora sí necesito que me pague todo lo que me debe», que expuso, ante lo cual le pregunté si aún le seguía debiendo de aquella encuesta de hace un año. Su respuesta concreta fue que a Gómez Orta le falta todavía pagarle más de la mitad de lo que pactaron cuando uno contrató al otro: 27 mil pesos. Si Gustavo fuera un banco o una casa comercial la cuenta ya ascendería al doble, por cuestión de intereses y los meses en los cuales el deudor no ha pagado un solo cinco. Más aún: si Pérez Rocha fuera como pintan por ejemplo a Coppel en todos esos «memes», ya habría colocado hasta marcación personal al legislador local electo, con una botarga persiguiéndole por todos lados con un letrero que diría: «Ya paga lo que debes, Miguel Gómez Orta».

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