Los autobuses foráneos de transpais aparte de no contar con rampa para que una persona discapacitada pueda abordar el vehículo, deben sufrir discriminación por parte de los conductores como en este caso del 9572 cuyo chófer saco de la fila donde se encontraba en primer lugar un menor de edad en silla de ruedas con humilde aspecto para pasar a todos los pasajeros y al último encargarse de subirlo en brazos al autobús.
Cuestionado acerca de su actitud el conductor alegó en su defensa que rampas solo los autobuses de Estados Unidos de Norteamérica cuentan con estas rampas y que dejó al último al infante debido a que “yo lo tengo que subir, los compañeros no me ayudan y si me tardo el pasaje se molesta.” Vaya desde aquí un llamado de atención a la empresa de los Sáenz para que implementen una política más humana y con mayor sensibilidad hacia quienes requieren no preferencias sino deferencias.
