Morena arranca la batalla
CARLOS PUIG
ay quien dice que Morena y el actual gobierno quieren regresar a los tiempos del viejo PRI.
Por lo menos en estos días, y en el caso del partido en el poder, la memoria tiene que ver con los viejos partidos de izquierda y el PRD.
Las primeras dos disputas en serio para saber quién es quién, quién manda y mandará, en el partido ya se pusieron álgidas.
Viejo, viejísimo lobo de mar, sobreviviente de cualquier cantidad de batallas y de partidos, Ricardo Monreal ha impuesto su voluntad en el Senado para elegir a quien presidirá la Mesa Directiva.
Martí Batres, que quería seguir ahí, se quejó en público después de su derrota: “Durante meses el senador Ricardo Monreal me persiguió y me combatió para sacarme de la Mesa Directiva. ¿Qué logró? Exhibirse como un político faccioso incapaz de encabezar un amplio movimiento. El riesgo es que regresemos a las épocas del cacicazgo y el poder de un solo individuo (sic). Lo han dicho otros y se corroboró hoy: Ricardo Monreal es un factor de división en Morena. Le hace mucho daño a nuestro movimiento”.
Monreal, ganador de esta batalla, se dijo sereno, habló de unidad, habló de su respeto y aprecio a Batres, felicitó al grupo legislativo por su madurez, en fin… la elegante arrogancia del ganador.
La bronca en el Senado tiene que ver, por supuesto, con la bronca mayor y es por la renovación del liderazgo en Morena.
Hoy sabemos que hay varias convocatorias, lo del padrón es un lío, hay tres candidatos y los tres importan. Uno supone que no es gratuito, además, que la actual líder haya defendido a Batres en su bronca con Monreal. “Es vergonzoso que en #Morena #Senado se hagan maniobras para que en una reunión interna del Grupo Parlamentario de #Morena llamen a votar al PES y no llamen a votar al PT #Yeidckol” —dijo en Twitter.
Así se llevan, pues.
Es apenas el inicio. Y todo tiene que ver con la inédita elección de 2021, donde se renovarán más gubernaturas y presidencias municipales y cargos legislativos en un solo día que nunca en la historia.
Y cualquiera que sea el resultado de la bronca de estos días, los próximos años y esa elección definirán el destino del partido que gobierna. No es poca cosa.
Fuente: Milenio