Machismo en Japón y en México
EDUARDO JAVIER GONZÁLEZ
A hora toca el turno de revisar el trabajo elaborado por alumnos de español de la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda (KUIS): Kenichi Uzawa, Tetsuya Sato y Silvia Lidia González (profesora), con la co¬laboración de profesores y estudiantes de la ENALLT, Universidad Nacional Autónoma de México. Contra la visión machista de países como México y Japón, una noticia reciente alimenta la esperanza de que la situación pueda cambiar. En junio de 2019, la mexicana Mayra González, fue nombrada directora de Ventas Globales de la compañía Nissan, luego de su éxito como gerente en México. Tiene 40 años, y fue la primera mujer en dirigir este consorcio japonés en México. Ahora llega a Japón y su presencia genera una gran expectativa sobre cómo reconocer el trabajo de una persona, más allá de las apariencias o el género. La Organización Japonesa para la Cooperación en la Planeación Familiar (JOICFP), en una encuesta celebrada entre mujeres mayores de 20 años, señala que el 83 por ciento piensa que hay machismo en Japón y lo perciben especialmente en las personas mayores. El Ministerio de Justicia de Japón reconoce que la violencia contra la mujer suele quedar en silencio; casi tres cuartas partes de las víctimas de violación no hablan, y solo el 4% busca ayuda en la policía. En 2017 aumentó el número de llamadas de auxilio por situaciones violentas en el hogar, protagonizadas principalmente por hombres contra mujeres; la policía tuvo que intervenir en más de 9 mil casos de violencia doméstica en 2018. Vanessa Delgado de la Cruz, alumna mexicana en la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda, comenta que en el ámbito laboral, en una empresa mexicana si una mujer y un hombre trabajan juntos durante el mismo tiempo, como ocho horas, el hombre gana más; así la mujer tenga el mismo nivel académico, el hombre es quien recibe el ascenso. La escritora y actriz Yumi Ishikawa inició en marzo de este año el movimiento #KuToo, inspirado en las campañas internacionales de denuncia MeToo, contra la exigencia de usar tacones en las empresas.
Fuente: Milenio