Carlos Puig
yer, mientras escuchaba y leía las reacciones de los gobiernos federal y de CdMx de los materiales que hemos dado a conocer en MILENIO sobre la vida de El Cuini en prisión, pensaba la siguiente locura.
Qué tal si Claudia Sheinbaum visitara el Reclusorio Norte, nomás para empezar, y luego se puede seguir con los otros. Pero que visitara el Norte. Completo, de pe a pa; como decían antes. Sin avisar, un día que caiga.
Advierto: como decía ayer, nuestros reclusorios son lo que son porque no hay rédito electoral ni político en invertir en ellos recurso alguno. No. Claudia no conseguiría ni un voto más, a lo mejor perdería algunos. Ganaría otra cosa, una intangible, una que a la larga importa más.
Todas las semanas Claudia se sienta a atender a ciudadanos que llegan con cualquier cantidad y calidad de peticiones. Qué tal una vez cada dos meses un reclusorio. De sorpresa, a escucharlos. Esos también son mexicanos, tanto como los otros, más aún, son en su mayoría pobres, a los que un sistema de procuración de justicia —aceitado por el dinero— lleva décadas castigando, El Cuini es una anécdota y una excepción.
No recuerdo a un gobernante mexicano que lo haya hecho. Anda, Claudia, vamos.
Una pregunta
Me pareció profesional y seria la respuesta de ayer de la secretaria de Gobierno, Rosa Icela Rodríguez, respecto a lo publicado en MILENIO. Dijo que tiene un informe del director del reclusorio que dice que eso no había pasado, pero que el gobierno hará una investigación “porque tenemos que constatar la veracidad del informe”.
Pero dijo algo aún mejor y preciso: “los penales de la ciudad son de mediana seguridad, por lo que siempre estamos pidiendo a los jueces de control y federales que tomen en cuenta las medidas de seguridad, no solamente para la vida de los propios internos, sino para la estabilidad de los reclusorios, es un asunto de gobernabilidad de los propios lugares”. Y que “nuestras cárceles no tienen las medidas de seguridad que se requiere para el tipo de personas que ellos nos envían”.
La pregunta es entonces para el gobierno federal: ¿por qué a principios de este año movieron al segundo del cártel de Jalisco Nueva Generación de una prisión federal al Reclusorio Norte?
Me parece una duda razonable.
@puigcarlos
Fuente: Milenio
