Joaquín olea
No solamente el Movimiento de Regeneración Nacional, -la amalgama de corrientes políticas y sociales que llevara a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de México- atraviesa por una severa crisis. El mismo entorno presidencial empieza a dar motivos para ser constantemente cuestionado y criticado.
No se trata solamente de los tradicionales neoliberales de espíritu conservador emboscados en el aparato judicial mexicano empecinados en detener el avance de la Cuarta Transformación bombardeando las grandes obras presidenciales a través de amparos.
Se trata, ahora, de afirmaciones presidenciales cotidianas, de detalles presidenciales, tal vez menores, pero que sumados al montículo de la percepción ciudadana empiezan a causar un efecto negativo entre los López Obradoristas coyunturales. Aquellos que apoyaron el proyecto de Andrés Manuel López Obrador seducidos por el cambio que este ofertaba y que ahora, ante algunos indicios desconcertantes, empiezan a pensar que la 4T tal vez sea una nueva versión de lo mismo.
Nepotismo. Una de las grandes banderas de Andrés Manuel López Obrador. Sus constantes críticas para los gobiernos familiares fueron abrumadoras. Calaron hondo. Prometió erradicarlo.
Sin embargo algo paso o está pasando. El nepotismo sigue arraigado en el gobierno de alguien que afirma ser diferente.
Tal vez sea lógico, debido a la escases de cuadros, que a ciertos niveles, una madre sea Presidenta del Consejo Político Nacional del Partido en el poder y su hija Secretaria del Trabajo; que una esposa sea Secretaria de la Función Publica y su marido importante operador político de la 4T; y que a niveles menores un Senador o un diputado federal meta a sus parientes cercanos en la nómina del gobierno federal.
Lo que ya se antoja inadmisible es que la hija del Secretario Particular del Presidente de la República, sin contar con experiencia alguna en cuestiones petroleras, sea designada Jefa de Compras de Pemex internacional, la filial de Pemex encargada de adquirir todos los insumos de la petrolera mexicana.
Estas son cosas que al ciudadano común y corriente le parecen totalmente fuera de lugar. Lo obligan a cuestionarse si el 2018 utilizo bien su voto.
Andrés Manuel López Obrador es el Presidente más votado y más querido en la historia del presidencialismo mexicano. Aún tiene en sus manos un inmenso cheque en blanco. Necesita poner mayor atención de en qué lo gasta.
Dice “el pueblo sabio”, “que no se deben hacer cosas buenas que parezcan malas”
Anda tan ocupado mi Presidente, que a veces olvida la sapiencia popular.
Los que lo queremos debemos estar recordándoselo. Aunque como aquel antiguo Emperador Romano nos mande cortar la cabeza por recordarle que era mortal.
