Columnas

Las fórmulas de la felicidad

Por: Erik Vargas

esde que el ser humano comenzó a tocar la sabiduría, ha intentado sobre todas las cosas responder dos cuestiones: el origen de la existencia y el motivo de esta.

De lo primero, la ecuación entre la evolución y dios, sobre lo segundo, buscar la fórmula de la felicidad ha sido, por siglos, una de las principales encomiendas de los grandes pensadores, desde Aristóteles, Platón o Sócrates hasta Kant y Nietzsche.

Es decir, ¿qué necesita un individuo para ser sentirse completo, feliz, satisfecho de sí mismo?

La sociedad, con cada una de las características de su época, ha buscado en la modernización recursos que den comodidad y facilidad en el vivir, pero con ello también se han creado límites y vicios que generan dependencia y reducen el fortalecimiento mental y espiritual, y obviamente, eso que se llama felicidad.

Junto a dos amigos, Marco y César, y sobre el tema del crimen de un joven en Tampico, tratábamos de entender el abaratamiento del odio, argumentado en la insatisfacción personal, la codependencia emocional y la debilidad de la identidad, que terminan dominando a una sociedad cada vez más insatisfecha.

¿Por qué diablos la gente no está a gusto consigo mismo y tiene que consignarse la felicidad a otra u otras personas?, preguntó mi amigo.

Hablamos de un crimen nacido del amor, de los celos, de la dependencia emocional, pero la sociedad es tan superflua en casos que a simple vista parecen simples Saliéndome de los linderos de la deshumanización, un ejemplo son las redes sociales, que en su rol y sentido de ser, son gran parte de las veces filtros de la insatisfacción personal, oasis de los sueños, hoguera de las vanidades y las frustraciones, pero que sobre todo muestran que es precisamente la codependencia, el impacto de la opinión pública, el monolito de la felicidad efímera, como si la un abrazo imaginario en senderos utópicos fuera realmente la fórmula.

La debilidad identitaria es peligrosa, porque se aleja del autoconocimiento, de la realidad, y da origen a las sociedades deprimidas, al odio, a la discriminación, al racismo. ¿O por qué alguien no se siente completo solo por la existencia de alguien más? Encontrar la felicidad será difícil, si tan solo la satisfacción es cada vez más cara y en prepago.

Fuente: Milenio

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