Por: Joaquìn Lòpez
MILENIO
l eterno problema del cobro de cuotas en las escuelas públicas no debería serlo si de verdad se realizara como es, una aportación no obligatoria que servirá para mantener los planteles donde estudian los hijos.
En cada ciclo escolar salen a la luz situaciones que suelen prestarse a irregularidades, debido a que no hay un control de lleno de las autoridades educativas, en este caso del Centro Regional de Desarrollo Educativo (Crede).
Uno de estos casos se registró en la escuela primaria José María Gajá, en el centro de Tampico, donde se estaba realizando el cobro de 100 pesos para el mantenimiento eléctrico del plantel.
Se reitera: el cobro no tiene por qué ser malo si no fuera porque la asociación de padres de familia de esta institución, en coordinación con la directora, colocaban un sello en un documento a los padres luego de realizar dicha aportación. Sin este sello los papás no podrían inscribir a sus hijos para el siguiente periodo.
Aquí y en China a esto se le llama condicionamiento de la educación que en teoría tiene que ser libre y gratuita.
Luego del breve escándalo que se originó, algunos padres comentaron que dejaron de poner el sello en el documento, como para tratar de tapar la evidencia; sin embargo, de palabra se seguía advirtiendo que se tenía que pagar para que el pequeño siguiera estudiando ahí.
Toda ayuda a la escuela debe darse de manera moral, voluntaria, analizando incluso la estabilidad económica de cada familia; quien pueda pagar, adelante, o incluso ofreciendo facilidades para que puedan aportar con tiempo, pero nunca negando papeles o el ingreso al plantel.
La transparencia en estos casos tiene que ser la primera acción a realizar. Desde el Crede se tienen que solicitar informes de los gastos que se hagan en las escuelas, las mejoras a realizar, todo comprobado con recibos.
No se puede concebir que aún existan escuelas casi en ruinas y donde se hagan cobros, si no excesivos, sí constantes y que no se vean los resultados en las mejoras.
Fuente Milenio
